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El abrazo no fue roto hasta que un poco de lucidez golpeó la mente del mayor. Ni siquiera se molestó en pensar porqué aquel abrazo había sido el mejor momento que había tenido en su vida hasta ahora, sino que se centró en el hecho de que su voz se había convertido en un completo desastre, y necesitaba arreglar ese pequeño detalle cuanto antes.

—Minnie— Fue lo único que dijo cuando se separaron.

—¿Sí?

—No sé si vaya a poder cantar— Habló preocupado— Intenté las notas en mis partes, pero no logré hacer nada bien— Minhyun pareció analizar sus palabras por unos segundos.

—Pues, en ese caso, deberíamos ver qué hacer con eso— Minhyun le sonrió, en realidad sabía que Aron era muy talentoso. Su voz lo había dejado marcado, y tenía muy claro que podía lograr hacer cualquier cosa que se propusiera. Aron sintió una suave caricia en su cabello que lo tomó por sorpresa, pero no le molestó en lo más mínimo— No te preocupes, de seguro solo son nervios

Ambos chicos tomaron sus lugares favoritos. Aron sentado en el banco del piano, y Minhyun con sus piernas colgando de ese imponente instrumento musical. Minhyun sentía que pertenecía ahí, y con Aron a su lado, la sensación se manifestaba con más fuerza. El coreano inició la canción, e inmediatamente Aron lo siguió. Todo iba fluidamente, tal y como había sido en los últimos ensayos que habían tenido durante la semana. Minhyun tenías las partes más difíciles, pero, aun así, había querido darle a su compañero de dueto, sus propios momentos para brillar en el escenario. Su voz había mejorado mucho en verdad, y para Minhyun, todo el internado debía escucharla. El estadounidense se notaba ansioso, y cada palabra que salía de su boca, parecía haber sido pasada por una exhaustiva revisión antes de lograr salir por su cavidad bucal.

Observando las acciones del más bajo, el menor recordó aquella vez que cantó por primera vez frente al internado. No sabía qué hacer y, lo único que quería era salir corriendo y dejar a todo ese enorme público atrás. Claro que no podía hacerlo, después de todo, era una de las voces principales en aquel club, y sin él, la canción sonaría incompleta. No tenía a Aron a su lado, y por más que lo deseara, estaba claro que no iba a estar con él. En ese momento tuvo que soportar ensayos que parecían eternos, sin poder tomar su mano para sentirse protegido, como lo solía hacer en esos momentos de preocupación. Solo él mismo sabe lo mucho que sufrió por no tener su apoyo, y el ver que durante su presentación ni siquiera lo había mirado una sola vez, le había destrozado el corazón. Para Minhyun fue difícil, más de lo que le gustaba admitir, pero para Aron... él no quería que fuera así. No iba a permitir que pasara por eso.

—Dame la mano, Aronnie— Se estaba acercando a una de esas notas difíciles, y su rostro ya estaba completamente rojo por el estrés y la presión. Aron lo miró dudoso. Minhyun lo había interrumpido en media canción, y su petición parecía ser algo completamente fuera de lugar— Vamos, dame la mano

Lo hizo así. El mayor tomó la mano de Minhyun, e inmediatamente sintió su corazón latir aceleradamente ¿Desde cuándo Minhyun se había convertido en alguien tan influyente en él? ¿Dónde estaban todas aquellas preocupaciones que se encontraban rondando por su cabeza hace tan solo algunos segundos? Era imposible que una suave mano lograra dejar su mente en blanco ¿Por qué aquel amigo suyo había cambiado tanto? Comenzó a arrepentirse como hasta ahora no había hecho antes. Minhyun era su otra mitad, y en ese instante pareció recordarlo. Fue como un golpe que, en vez de dejarlo herido, había curado cada una de sus heridas, incluso aquellas que no sabía que tenía.

—Ahora inténtalo— Su voz se había convertido en su sonido favorito, así que inmediatamente hizo caso a lo que le decía.

Aron se dio cuenta que una suave mano sí era capaz de vaciar su cabeza completamente. Se dio cuenta de que Minhyun no había cambiado ni un poco, pero él mismo sí lo había hecho. Cayó en cuenta de que pasó años siendo la persona más estúpida en haber pisado la tierra. Nadie más lo había hecho sentir así antes. En realidad, solo una persona, y era esa misma que cantaba junto a él ahora. Sus notas salían con una facilidad que sorprendía a ambos, y se dieron cuenta de que sus voces sonaban mejor juntas. Finalizaron la canción, y Min miraba a Aron con un orgullo inexplicable.

—Creo que estás listo

—Creo que, gracias a ti, estoy más que listo

(...)

—LES DIJE QUE TENÍAN QUE ESTAR AQUÍ DIEZ MINUTOS ANTES DE QUE INICIARA EL SHOW— Mingi gritaba dentro de la habitación de Seungcheol, caminando de un lado a otro— POR SU CULPA ME VOY MORIR DE UN PARO RESPIRATORIO, Y LOS PERSEGUIRÉ A TODOS CADA NOCHE PARA ASEGURARME DE QUE JAMÁS VUELVAN A SER FELICES

—No entiendo por qué nos gritas a quienes estamos aquí— Reclamaba Jihoon— Solo faltan Vernon y Seungkwan, y claramente, ellos no están aquí como para que escuchen tus amenazas de fantasma endemoniado

—MIRA MOLESTO PEQUE...— El chico sintió como alguien entrelazaba su mano con la suya

—Calma, lindo— Jonghyun habló, y el menor rodó los ojos en cuanto escuchó las palabras de su novio, pero, aun así, relajó sus hombros, los cuales no recordaba haber tensado

—Bien, pero si no vienen en cinco minutos, iremos a buscarlos. No podemos hacer nada sin Hansol— Justo en ese momento, la puerta se abrió, y el otro dueño de aquella habitación ingresó. Seungkwan venía junto a él, sosteniendo su mano, y con una sonrisa pintada de lado a lado

—Advierto que, si no tuviéramos que correr al auditorio en este momento, estarías sentado en mi sala de interrogatorios, Hansol— Jeonghan habló con un tono amenazador

—Digo lo mismo— Respondió el estadounidense, quien dirigía su mirada a su compañero de cuarto

—Hora de irnos— Pronunció su amigo con nervios marcados en su voz.

El enorme grupo caminaba al auditorio del internado con paso rápido. Las personas los veían pasar, extrañados. No sabían si era por aquel río de manos entrelazadas que había en medio de aquel tumulto de amigos, o si, en realidad miraban a Dongho y a Woozi, quienes parecían ahogados ya por tantos mimos, y romances tiernos bailando en frente de sus preciosas, pero solteras caras. Sí, definitivamente miraban a estos dos, y los dos grandes cañones de confeti que descansaban en manos de ambos, no los ayudaba mucho a desviar la atención de aquel internado tan observador.

Bond || MinRon (Nu'est)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora