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—Felicidades Julie. —me abrazo Bella, en cuanto se separó me dio una copa con champagne que le quito a Edward— hay que brindar por esto.
—No lo creo —llegó Jasper quitandome mi copa y la dejó en una de las mesas, me abrazo por detrás apoyando su mentón en mi hombro— ella no puede beber.
—¿Que dices Jasper? ¿Como que no puede? —pregunto confundida— es solo una copa.
—Le hará daño, así que no. —Bella se me quedo viendo confundida hasta que su expresión cambio a una de sopresa—
—¿Estas...? —señalo mi vientre, la interrumpi antes de que terminara de decirlo—
—Si, pero no lo digas, pueden escucharte y no creo que sea conveniente. —mire a los invitado quienes algunos eran vampiros—
—Vaya.. —miro mi vientre de nuevo, nos sonrió— pero que buena noticia.
—Así es, estamos muy felices por esto.
—Se ve que si. —Jasper se tenso al instante, lo mire por encima de mi hombro, este miraba a Bella con el ceño fruncido—
—Ya es hora de cambiarte, tienen un viaje al que partir. —llegó Alice sacandonos de esa incómoda sensación— andando Bella.
—Adiós —se despidió de nosotros llendose con Alice hacia dentro de la mansion Cullen—
—Felicidades a los dos —habló Edward—
—Pasatela bien en tu luna de miel Eduardo —lo mire pícara—
—Deja de pensar en eso —me miro incómodo—
—Eso te pasa por meterte a mi cabeza, no lo hagas y no veras nada de esto. —sonrei inocente, el negó con la cabeza—
—Cuidate hermano. —se despidió de el Jasper, este asintió y se fue directo a la casa a prepararse—
—¿Todo bien? —le pregunte a Jasper quien seguía con su ceño fruncido, este me miro confundido—
—No lose, los sentimientos de Bella no me agradaron mucho, sentía celos de ti. —sujeto mis manos comenzando a alejarnos de la casa—
—¿Estas seguro? —el asintió, sujete su mando acariciando la en el proceso— no le tomemos importancia a esto, sabemos cómo puede ser Bella.
—Tengo una mala sensación.
—Tranquilo amor, todo estará bien ya lo veras, ahora vámonos a mi casa, estoy muy cansada. —lo mire con un puchero que el beso tiernamente sacándome una risilla—
—De acuerdo, sus pedidos son órdenes para mi. —riendo se inclinó y me cargo en sus brazos sin dificultad y nos llevo directo al auto— ¿no se molestara tu papa si me quedo contigo?
—No tiene por que, solo iremos a dormir. —dije pasando mi manos por su cuello— en mi caso.
