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Despues de salir corriendo de aquel lugar donde Riley me tenía deje salir mis alas. Era la única manera para poder llegar más rápido a casa y no preocupar a los chicos.
Busque mi móvil en mis bolsillos para mandarles un menaje, pero no lo encontré, supongo yo que se debió de haber caído por algún lado o talves ellos me lo quitaron para que no le llamara a nadie.
La cabeza me dolía mucho, me sentía algo mareada. “si que pegan duro los neófitos”.
Sobrevolaba el inmenso bosque de Forks, no faltaba poco para llegar a los territorios de los Cullen o de la manada. Pero ya no pude seguir más, estaba por dejarme caer desde una gran altura, pero algo me detuvo.
—Deja que te ayude. —sentí unos fuertes brazos sujetarme, asustada lo mire, “¡Dios mio!”— ¿te sientes bien?
—¿Un Ángel? —pregunte, era un señor como de la edad de mi madre, rubio igual— ¿Hay más?
—Arcángel cariño, es lo que soy. —me sonrió, observe su imponentes alas en su espalda, eran más grandes que las mias y las de Alec, además que desprendían un brillo único—
—Gracias. —dije en cuanto llegamos al suelo— no quiero sonar mal educada, pero..., ¿quien es usted?
—Veo que no lo supiste al instante...
—¿A que se refiere...
—¡Julie! —grito no hermano a unos cuantos pasos de mi, rápidamente me envolvió en sus brazos cubriendonos inconscientemente con sus alas— ¿Estas bien?, ¿te hicieron algo?, dime quien fue, lo haré pagar.
—Estoy bien, estoy bien. —me separe de el— el me ayudó..
—¿Quien? —fruncio su ceño—
—¿Como que quien?, el Arcángel que me salvó de caer... —los busque con la mirada pero no lo encontré por ningún lado, “¿tan mal estoy que lo imagine? ”—
—Ese golpe en tu cabeza ya te hizo mal, vamos, que todos están preocupados por ti. —en cuestión de minutos los Cullen junto a la manada nos alcanzaron.
Todos preguntaban como estaba, no se separaban ni un poco de mi, Jasper me veía preocupado. Pero sabía que estaba más que molesto.
Aun no me podía quitar de la cabeza a ese señor, “¿Que hacia aquí?”.
—Fue un gran golpe —comentó Carlisle, había llegado a su casa y revisarme fue lo primero que hizo— ¿Tienes mareos, vómito?
—Un poco de la primera, la segunda no.
—Te daré algo de medicamento, espero que te haga efecto. —asenti, me paso unas pastillas junto a un vaso de agua, las tome rápidamente—
