El otro futuro

Pandora Nott

El almuerzo apareció rápidamente en todas las mesas del Gran Comedor, y de pronto, todos se parecían a Ron comiendo, querían terminar lo más pronto posible para poder seguir con las presentaciones.

- Dejemos a los Potter para el final - dijo un encapuchado.

- Bien, en ese caso, tú te presentas primero, luego nosotros, y por último los Potter, ¿todos de acuerdo? - habló otro encapuchado.

- ¡Sí! - aceptaron los restantes.

Mientras el almuerzo continuaba, el pequeño encapuchado pensaba muy bien sus palabras, porque siempre que sentía las miradas encima de ella, no podía evitar sentirse nerviosa y revolver todo lo que quería decir, y sin duda, no era algo que quería que sucediera en esos momentos. Cuando por fin todos acabaron de almorzar, llegó su turno de presentarse.

- Suerte, y no te pongas nerviosa - le dijo el otro encapuchado con una sonrisa.

El encapuchado se subió a la tarima y se quitó la capa, dejando ver a una linda niña castaña con ojos azules y soñadores como cierta Ravenclaw.

- Hola a todos, yo soy Pandora Alana Nott Lovegood, última hija de Theo y Luna Lovegood, o como Lyssander diría, Thuna Nottgood - sonrió.

- Tengo cuatro hijos, no puede ser - susurró Theo observando a su hija con miedo.

- Amigo, si puede ser, si no usas la poción anticonceptiva o algún hechizo anticonceptivo, pues obviamente va a ver una consecuencia, ahí tienes la tuya - le dijo Blaise señalando a la niña en la tarima.

- Son cuatro... - volvió a susurrar Theo nervioso

- No te preocupes Theo, son hijos de Luna, serán muy fáciles de cuidar - le alentó Pansy con una risita.

- Por si no te has dado cuenta, dos de mis hijos son bromistas muy traviesos, y mi hija mayor sale con el hermano de Draco - se quejó el chico.

- No exageres, Theo - Pansy rodó sus ojos  - Te escuchas peor que Jennifer cuando es hora de la cena y descubre que no hay comida vegetariana - se rió la chica.

- ¡Oye! - se quejó la rubia mencionada.

- ¿Pueden callarse? Dejen que Pandora se presente - la voz de Luna se hizo presente y calló rápidamente cualquier otra queja que su futuro esposo tenía en mente.

- Sigue, por favor, o siento que tu madre me asesinará - le indicó Theo a su hija menor.

- Tranquilo, mamá no te matará, es Luna Lovegood, no Pansy Parkinson - se rió la niña.

- ¡Pobre de ti, Potter! ¡No quiero ser tú! - le gritó Theo sonrojando al chico y ganándose un golpe de parte de su amiga.

- Sigue Pandora - le indicó su madre tratando de no reírse.

- Bien - se rió la niña - Como dije, soy la última hija de Theo y Luna Nott, y tengo 11 años, nací el 10 de febrero de 2012, y mis padrinos son Neville Longbottom y Daphne Greengrass, aunque en mi tiempo es la señora Longbottom - explicó.

- Gracias Luna - le sonrió Neville con un leve sonrojo.

- De nada, Neville - le sonrió la rubia.

- Si, de nada señora Longbottom - se burló Theo de su amiga.

- Cállate o te corto las bolas - lo amenazó enojada haciendo que se callara rápidamente y se alejara lo más posible de ella.

- Acabo de entrar a Hogwarts, como los mellizos Weasley, y fui seleccionada para la casa de Hufflepuff - continuó Pandora.

- ¡Si! ¡No es Gryffindor! - exclamó Theo encantado con la noticia.

- Gracias papá - se quejó Lorcan.

- No hay de que - se rió el chico.

- Mi materia favorita hasta ahora, es Hechizos y mis hechizos favoritos son Lumos y Nox, suenan muy bien juntos, además, que representan la luz y la oscuridad y es muy lindo - comentó con una sonrisa que recordaba a Luna - Mi materia menos preferida es Vuelo, soy algo torpe y no me gusta volar - levantó los hombros restándole importancia - Cuando salga de Hogwarts quiero ser como mamá, viajando por el mundo para encontrar criaturas mágicas nuevas y escribir libros sobre ellas - sonrió - Y eso es todo de mi, los que siguen - se bajó de la tarima rápidamente y se acercó a su joven madre en la mesa de Ravenclaw.

- Nadie quiere ser como papá - dijo Theo fingiendo tristeza - para empezar, ¿Qué hago en el futuro? - le preguntó a sus hijos mayores.

- Existir - se burló Lyssander.

- Recuerda que puedo hacer que no existas - le recordó su padre borrando su sonrisa mientras dos nuevos encapuchados subían a la tarima.