El otro futuro

Angie Malfoy

Después de almorzar, el Gran Comedor quedó en silencio esperando a que un nuevo encapuchado se presentara. Después de unos minutos, un encapuchado subió a la tarima. Cuando se quitó la capa dejó ver a una hermosa chica rubia de ojos azules y una sonrisa arrogante que recordaba a cierto Slytherin de cabello rubio.

- Hola, yo soy Angie Narcissa Malfoy, primera hija de Draco Malfoy y mi madre - dijo sonriendo.

Draco la miró con los ojos abiertos mientras negaba una y otra vez con su cabeza.

- ¿Cómo qué no papá? ¡Yo soy tu hija! - se rió de la reacción de su padre.

- ¡Draquito! ¡Serás papá! - le dijo su hermana abrazándolo, o bueno, asfixiándolo.

- ¡Jennifer! ¡Sueltame! - le suplicó su hermano.

- Jenn, lo estás asfixiando - intervino Remus tratando de ayudar a su futuro cuñado.

- De acuerdo, de acuerdo - lo soltó la rubia - Pero es maravilloso que vayas a tener hijos, siempre pensé que nunca te casarías - le dijo burlándose.

- ¡Cállate! - se sonrojó el chico.

- Mi amor, muchas gracias por ponerle mi nombre - ahora fue el turno de su madre en abrazarlo.

- De nada, mamá - le sonrió - no soy como tú hija que no le pone tu nombre a sus futuros hijos - le sacó la lengua a su hermana.

- Una razón debí de tener - se sonrojó la rubia.

- Ya dejen de pelear, que mi nieta se va a presentar - dijo Lucius con una sonrisa.

- ¡Oye! - se quejó Nala.

- Tranquila nena, igual te quiero a ti - abrazó a su nieta más pequeña.

- Gracias papá y tía por callarse y dejarme continuar - se rió Angie - Como iba diciendo, soy la primera hija de Draco y tengo 18 años, nací el 23 de enero de 2005, a las 4:50 am, o eso dijo papá - explicó riéndose - Mis padrinos son la tía Luna y el tío Remus, quien por cierto, es mi tío favorito - sonrió.

- ¡Buuuuh! - dijeron los dos hijos menores de los Malfoy ganándose un golpe de parte de su madre.

- Aunque tengan celos, el tío Remus es el mejor - se burló Angie sonrojando al hombre lobo.

- Gracias... Creo - dijo Remus sonrojado.

- De nada - le sonrió.

- Gracias Draco, prometo ser una buena madrina - habló Luna desde su mesa.

- Y lo eres, tía, tus historias me gustan mucho - le sonrió Angie - Continuando, pertenecí a la casa de Slytherin, como todo Malfoy, ¿verdad tío Acrux? - se burló de su tío.

- Aveces pienso que soy adoptado - Crux negó con su cabeza.

- No seas dramático, cariño - lo abrazó su madre.

- Exacto, escucha a la abuela - le sacó la lengua - Mi materia favorita era Defensa Contra las Artes Oscuras y mi menos favorita era Adivinación, no tiene racionalidad - hizo una mueca - Tampoco me gusta el quidditch, es un deporte muy bárbaro - hizo otra mueca.

- Draco, ¿segura que es tu hija? - se burló Blaise sonrojandolo.

- Cállate Zabini - le respondió.

- Me gusta mucho leer, escuchar música, tocar el violín y el piano, aprender idiomas, de hecho, se hablar francés y otros idiomas, excepto chino, es algo difícil, - volvió a hacer una mueca - todo eso gracias a la tía Jennifer - le sonrió.

- Tía, me gusta como suena - se rió la rubia.

- También puedo hacer magia con las manos y soy experta en Legeremancia, mi tía me enseñó - sonrió junto con su tía - Ahora que terminé Hogwarts decidí estudiar Literatura en  el mundo muggle - sonrió - Y eso es todo de mi, ¡ah! Y papá... Tengo novio - le confesó.

El rostro de Draco se volvió rojo de furia y apuntó su varita a todos los encapuchados.

- ¡¿Quién de ustedes es el idiota que se acercó a mí hijita?! - preguntó enojado.

- James Sirius Potter - le respondió Crux señalando al chico.

El pequeño Potter empalideció al ver cómo Draco se acercaba a él. Harry miró a su hijo y luego a Angie, una y otra vez, no podía creer que su hijo saliera con una Malfoy.

- ¡Tú! - gritó Draco apuntándolo con su varita.

- ¡Papá déjalo! - le gritó Angie.

- ¡Hágale caso! - le suplicó James asustado.

- ¡Tú te callas! - le dijo Draco enojado.

- Papá, James no es malo, él es increíble y de verdad me quiere mucho - Angie trató de convencerlo.

- Malfoy, escucha a tu hija y déjalos ser felices, yo estoy bien con eso - intervino Harry.

Draco lo miró un momento y volteó a ver a James.

- Papá, por favor - le suplicó Angie a punto de llorar.

- Esta bien, lo acepto - aceptó Draco rendido - Pero tú - señaló a James - le rompes el corazón y te asesino - lo amenazó.

- Por supuesto señor, pero créame cuando le digo que amo a Angie con todo mi corazón y no haría nada para lastimarla - le dijo James agarrando la mano de su novia.

- Gracias papá - lo abrazó.

- De nada - le devolvió el abrazo - Ahora, a sentarnos, ven - le dijo llevándosela a su mesa, mientras que otro encapuchado subía a la tarima.