MI enemiga, TÚ enemiga

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Vera estaba nerviosa, mucho más de lo normal, iba de un lado a otro con las manos en los bolsillos y una expresión en blanco, observaba la nada y ligeras gotas de sudor le escurrían por la frente. 

Los pasos que sonaron por el pasillo no hicieron más que aumentar sus nervios aunque de cierta forma también lograron calmarla.

-Mi señora.- La voz de Arnold se escuchó del otro lado de la puerta. -La señorita Emma a venido a verla.-

-Que pase.- Vera se obligó a parecer tranquila aunque no lo logró.

Emma entró con las manos en los bolsillos y una cara de aburrimiento que no hizo más que irritar a Vera.

-Mi querida Vera...- La voz de Emma era suave, delicada como la seda y al igual que ella sumamente valiosa. -¿Para qué quería verme?-

-Tengo malas noticias... Por favor tome asiento.- Vera le indicó con un delicado ademán que se sentara en un mullido sofá de terciopelo azul frente a ella. 

-¿Qué tan malas?- La expresión de aburrimiento había abandonado la cara de Emma por completo y eso alegró un poco a Vera, ella había querido unir sus fuerzas con las de aquella chica desde hacía mucho pero no lo había logrado, ahora pensaba usar la amenaza de Naomi para obligarla a ayudarla.

-Si no fuera grave no la hubiera importunado señorita Emma.- Respondió mientras se sentaba y apretaba los puños para evitar que el temblor en sus manos fuera visible.

-En ese caso deben ser terribles.- Emma subió una de sus piernas sobre la otra y frunció el seño. -Por favor, le pido me diga que sucede.-

-Hay una asesina suelta, un arma... Hace años fue creada para ser imparable, la creí fuera del juego hace mucho, pero parece que me equivoqué  y ahora vuelve de entre los muertos para acabar con nosotros, su primer objetivo es mi cártel... Luego irá por el resto.-

-¿Una asesina?- Emma sintió que comenzaba a ponerse nerviosa. -¿No eran dos?-

Vera negó con la cabeza.

-Ese es otro rollo, las dos asesinas, la chica del bate y la otra... Ellas no me han causado problemas. De quién le hablo es un caso a parte, una joven dotada que conocí hace mucho... Por lo que sé (que no es mucho), trabaja sola, ataca grupos menores mientras se prepara para venir por los nuestros.-

-¿Quién le proporcionó la información?- A Emma todo este caso comenzó a darle muy mala espina, ya tenía suficiente con que lidiar como para aumentarle una asesina loca que quería acabar con el cártel de Vera por X motivo.

-Tengo mis fuentes... Además tuve la desgracia de encontrarme con ella hace poco, compró una de mis chicas especiales y gracias a ella nos tuvimos que mudar de hotel.-

-Ah...- Emma suspiró. -¿Conoce su don?-

-Armera.- A Emma el corazón le paró de latir.

-¿Armera?-

Vera asintió.

-Ya sé que se supone que deben estar extintas pero... Ella está viva gracias a un maldito experimento.-

Emma sentía que se iba a morir, si era Tania...

-También tiene más dones.- Vera se mordió el labio haciéndolo sangrar. -Me dijo que es maestra de pesadillas, cambiante, ladrona de energía y ya no recuerdo que más.-

Em se estaba poniendo pálida, con eso quedaba descartada Tania pero... ¿Cómo era posible que una dotada tuviera tantos dones? Y peor aún, ¿cómo era posible que manejara los cinco dones letales?

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