𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐃𝐞 𝐂𝐥𝐚𝐯𝐞𝐥 [𝔇𝔢k𝔲k𝔞𝔱𝔰𝔲]

40. Té entre las estrellas

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_Ochako, alístate! Que los sirvientes te vistan como para una gala, hoy tendremos un invitado especial!_
Habló inquieto un hombre de mediana edad, el conde Uraraka.
_Además necesito tu ayuda para preparar la bienvenida._

_Quién nos visita, padre?_
Preguntó una bonita jovencita de apacibles ojos marrones, largos cabellos castaño y unos quizá 14 años de edad.

_El tercer príncipe de Kamino, el príncipe Midoriya de la casa Shigaraki. ... Demonios, qué hace ese tipo aquí?! Demonios, demonios, demonios!_

_Tranquilo, padre, tan solo es un invitado más, lo recibi-..._

_No, no es un invitado cualquiera, es alguien a quien debemos atender con el mayor de los cuidados, sin error alguno. ... Si de alguna manera terminamos haciendo sentir ofendido a ese niño, no sé qué sería capaz de hacernos su padre,... después de todo, ese mocoso no es más ni menos que el hijo más amado y consentido del terrible All for One._

_Entiendo, pero hay que guardar la calma, padre. Me arreglaré de inmediato y prepararé todo, le daremos una bienvenida digna de esta casa._

_Si, si, hazte cargo, hijita._
El hombre estaba mucho más nervioso de lo común, tanto que no podía dejar de morderse las uñas de las manos, una manía bastante desagradable que él mismo odiaba.
_Hazte cargo y no cometas ningún error._

_Así será, padre._

/Aquel día a nuestro condado llego un extraño príncipe del infame reino de Kamino, llegó inspeccionando a unos comerciantes ilegales y decidió pasar una noche en nuestra mansión para descansar,... era imposible negarnos, él era un príncipe y nosotros una simple casa condal.
Mi padre estaba histérico y yo tan solo deseaba que acabara todo rápido, era agotador preparar todo para un invitado importante y más cuando te dejaban todo el trabajo a ti./

_Bienvenido, príncipe Midoriya, es un gran honor tenerlo en estas humildes tierras._
Una reverencia fue dada por el conde, la persona que había ingresado a su mansión, aunque era mucho más joven que su persona, portaba un titulo muchísimo más importante que el suyo.

/Y allí tuvimos nuestro maravilloso segundo encuentro, apenas lo vi lo reconocí de inmediato,... bueno, era imposible confundir a alguien de tales característicos rasgos:
Esponjoso cabello color hoja, hermosos ojos de brillo esmeralda y pecosas mejillas que parecían un cielo estrellado. Quedé boquiabierta, nunca habría imaginado que ese pequeño niño que conocí una vez en una modesta posada era en realidad un príncipe de una poderosa y conocida nación. Era como un cuento, un cuento de hadas./

_Por lo que noto, en este lugar se exhibe vuestra inmensa riqueza a donde quiera que vea,... vuestra economía debe ser muy prospera._
Habló el muchacho de verdes cabellos rizados,... no saludó, ni se presentó, no agradeció que se le dejara pasar la noche allí, ni mostró cortesía,... tan solo habló del lujoso lugar.

_Si, alteza._
El conde sudaba nervioso.
_Hemos tenido varios años de abund-..._

_Que elegante y fino es todo aquí, vuestra casa es muy hermosa, conde._
Interrumpió mientras se acercaba a ver algunos adornos hechos de oro macizo.

_Gracias, altez-..._

_Si, muy hermosa,... cuántos adornos de oro y alfombras importadas, me sorprende, ni en casa veo tal ostentosidad, aunque, bueno, a mi padre no le gusta mucho esa clase de cosas después de todo. ... Volviendo al tema, debió costar mucho el decorar este lugar, verdad? Me pregunto si serán igual de hermosas y decoradas las instalaciones subterráneas._