𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐃𝐞 𝐂𝐥𝐚𝐯𝐞𝐥 [𝔇𝔢k𝔲k𝔞𝔱𝔰𝔲]

51. Memorias de un lazo eterno

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Heme aquí, aquel de nombre Kæissèllřín, honorable descendiente de uno de los más notables dragones primigenios, de el gran Kamish, calamidad sobre calamidades; se me conoció a lo ancho y largo de este inmenso pedazo de mundo como el terror del hombre, la cabeza del linaje sangre veneno, aquel que gobierna sobre la extensa selva de neblina y quien la ha protegido siempre de aquellos seres codiciosos que el entrar han osado anhelar. El gran yo que como el protector y el ejecutor actuó, aquel quien vigiló, quien resguardó, quien aniquiló, fui yo, el guardián de ese vasto refugio que fue mi hogar.

El orgullo que sentí y siento por mi trabajo como cancerbero no es para menos, viví por un muy largo tiempo, vi pasar miles de estaciones y lunas en este territorio que el hombre nombró como bosque Negro y todo ese lapso transcurrido mantuve este bello lugar siendo un territorio puro, apacible y seguro para cualquier ser viviente que no sea un repulsivo humano, todo gracias a mí y solo a mí, al fin y al cabo fue mi majestuosa grandeza la que plantó y arraigó el terror en los corazones de esos tan despreciables seres. "Mientras no haya humanos en estas tierras, la paz se mantendrá y la tristeza no se atreverá a acercar; simple, verdad?", Muy a menudo eso es lo que solía pensar.

Pero lo verdaderamente cierto es que nada se mantiene inmóvil, ni los montes, ni los bosques, el tiempo corre y el viento responde, lo que un día fue, ya jamás será. Solo basta una perturbación, una traviesa gota de rocío sobre el calmo estanque, y todos los engranajes se apresurarán a girar de la manera más caprichosa posible...., siendo entonces de lo que os hablaré, la sutil brisa de primavera que sin darme yo cuenta mi vida entera cambió, les contaré esta historia que hice mía, les contaré cómo fue que empezó, cómo fue que sucedió, cómo se desarrolló y cómo abruptamente concluyó.

Y ahora que lo pienso, en "ese" momento dado, en "ese" momento... pude recordarlo todo,... fue... fue tan refrescante, tan agradable,... no vi más atrás, solo desde su comienzo, sólo desde su origen, sólo cuando todo trató plenamente de él. ... Es curioso, es muy curioso,... pero no me quejo, no, porque para mí lo significó todo, para mí fue lo más valioso...

Bueno, bueno, entonces, escuchadme ya,... que daré inicio ahora a este relato...

Aquel día, ese extraño día, sobrevolaba yo mi río favorito, el clima era bueno para mis escamas, el sol brillaba con debilidad y la neblina se alzaba fría y húmeda, todo se mantenía calmo y de maravilla,... hasta que lo sentí, ese tan molesto olor, ese aroma a codicia y deseo, oh, Kamish! Que terrible, que terrible!, que asqueroso! Tan asqueroso olor! Mi sangre hervía cuan lava en volcán activo, cómo osaban esas criaturas a adentrarse en mi dominio?!... Olfatee, lo seguí, el rastro estaba allí, era un grupo no muy grande de humanos. ... Yo los haría pagar muy caro por entrar en mi hogar.

Recuerdo bien cuánto odiaba y sabía seguiría odiando ese olor, ese olor a pecado, ese olor que era siempre preámbulo de escenas tan malévolas que difícil era creer que fueran obradas por solo ordinarios seres mortales y no por vicioso demonios del profundo vacío abismal. Un olor nauseabundo, un olor que no permitiría ingresar en mis dominios.

Bajé entonces veloz de los cielos, pero con gran gran sigilo, los mataría lo más rápido posible: Uno, porque no podía dejar que siguieran esparciendo más de su asqueroso aroma,... dos, porque no esperaría a que cometieran alguna aberrante acción contra quienes protegía,... y tres, porque los humanos lamentablemente pueden llegar a ser oponentes formidables, en realidad pocos llegan a serlo, pero los que lo logran son verdaderamente de temer.

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/UGH! Su olor me pone las escamas en punta, es tan repulsivo, no comprendo cómo pueden vivir con ese nauseabundo olor durante toda su mísera vida. Desagradable, desagradable, DESAGRADABLEEE!/