55. Sed de sangre

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_AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!_

Gritos desgarradores inundaban la densa oscuridad.

_aaaaaaaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!_

Alaridos que ya no parecían humanos.

_AAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!_

Y una risa muy suave, muy tenue, acompañaba los bramidos. Tan dulce, tan delicada, tan discordante con el ambiente.

_AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!_

La oscuridad se retraía, se retiraba, la anormal negrura de las sombras se disipaba dejando poco a poco ver la escena morbosa de un crimen en proceso.

_Bastabastabastaparadejame!_
El hombre de cabello negro vociferaba balbuseos inentendibles mientras se arrastraba sobre el frío piso, mientras cubierto de sangre se arrastraba alejandose de su agresor, lloriqueando como un niño, con el rostro empapado en lagrimas y mucosidad.

_Asqueroso, simplemente asqueroso._
El ser que surgió de entre las sombras hablaba con desprecio marcado.
_Un Shigaraki no berrea como un mocoso, un Shigaraki no suplica, un Shigaraki no es tan patético como tú. ... Acaso TÚ, despojo humano, no portabas siempre orgulloso el apellido Shigaraki?!_

El fuego antes apagado se había vuelto a encender, ya todo se iluminaba nuevamente, dejando a la vista la identidad del invitado del cual solo se había podido apreciar una silueta.

Nadie en la sala podía creer lo que veía.

_Shigaraki esto, Shigaraki lo otro, solo repetías y repetías esas tonterías sin freno. Dime,... que se siente cambiar de lugar, eres tú quien ahora las escucha y no quien las escupe indiscriminadamente._
La daga de vibrantes colores, la daga tallada del colmillo de un dragón caído, brillaba reflejando la luz de las llamas, llamando así la atención del que hablaba, para luego ser tomada entre sus manos.
_Siempre estuviste tan lleno de ti mismo, no podías ver más allá de tu deseo y te perdiste de todo lo que realmente tenías,... lástima, puesto que ahora ya lo has perdido todo._
Clavó la daga en la planta del pie de su enemigo, anclándolo al piso.

_AAAAAAAAAAAAAAHHHH_

_Dioses, nunca gusté de la tortura realmente... pero esto, esto es... realmente exquisito~._
Una morbosa sonrisa se formaba.
_Quiero más,... muéstramelo,... muéstrame tu rostro retorcido en dolor, quiero apreciar tu sufrir, sigue cantando para mi con esa bella voz, vamos,... grita,... GRITA MÁS!_

_aaaaaaaaaaaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!!!_
Su piel era lacerada sin piedad por unas filosas uñas que habían perdido todo vestigio de humanidad, negras y filosas, como extensiones de cuchillas jugueteaban ellas sobre la piel mortal.

_..._
Aquel que ahora causaba dolor a su enemigo era el joven tercer príncipe de la nación de Kamino, aquel cuyo corazón ya antes había dejado de latir, pero que ahora nuevamente de pie, como un ente de venganza, se deleitaba con los gritos de agonía que su presa entonaba. Aunque su piel se mostraba palida como la de un cadaver, seguía manchada por una constelación de pequeñas pecas, aunque su cabello se había tornado negro como las alas de un cuervo, seguía consitiendo de enmarañado rizos, y sus ojos aunque brillaban toxicamente, eran aún verdes,... era él, sin duda era él,... era él, verdad?

_Ugh.. ugh... cómo?...ngg_
El usurpador rey desvariaba, era ese un bufonesco demonio? O era realmente su pequeño hermano que desde el infierno había vuelto a rastras a cobrar venganza?
_Ngg... tú.... muerto... cómo?..._
Ese rostro que miraba era sin dudas el de su hermano, el de Izuku, aquella suave y despreocupada sonrisa que se le era brindada la había visto tantas veces que era inconfundible, aunque ahora se intercalaba con una mirada desconocida y esporádicos gestos insanos.

𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐃𝐞 𝐂𝐥𝐚𝐯𝐞𝐥   [𝔇𝔢k𝔲k𝔞𝔱𝔰𝔲]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora