la chica del bosque

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-Al fin soy libre- exclamaba ella con lágrimas en los luceros.

Llegando a un lago miro sorprendida el reflejo del agua y preguntándose a sí misma.

-¿Por qué tengo el cabello y los ojos dorados?

Al escuchar un automóvil se levantó apresuradamente a pedir ayuda, acercándose hacia una casa donde se detuvo y decía.

-¡Auxilió, favor ayúdenme!-gritaba desesperadamente.

Del auto bajan cuatro chicos, la muchacha al ver esto siente una inmensa incomodidad, en ese instante la electricidad del lugar comenzó a fallar.

-¿Estás bien?- pregunta uno de los muchachos

-Ayúdame- suplicó ella.

-¿Qué sucede?- cuestionó uno de los otros chicos.

-ella necesita ayuda-le respondió su amigo.

Los jóvenes, al ver la delgada joven tuvo compasión de ella, llevándola adentro de la casa la ocultaron, sirviéndole comida.

-¿qué te sucedió?- pregunto un tercer chico, este se veía de edad madura.

-estuve secuestrada por más de cinco años y al fin pude escapar

-¿me dejas examinarte?, soy doctor.
Al escuchar esto la chica se asusta y nuevamente vuelven los fallos eléctricos de la casa.

-no, nadie me puede tocar, nadie me volverá a tocar.

-oye tranquila, solo te quiero ayudar.

-¡que no!

En cuanto la chica se alteró, se cortó el fluido eléctrico de la casa, el joven se levantó sorprendido dirigiéndose a la chica le dijo.

-Tranquila, está bien no te tocaré pero al menos dinos tu nombre o como ayudarte.

-me llamo Carolina- dijo la chica ya serena.

-yo me llamo Nicolás, ellos son: Antonio, David y Enrique

-gracias por recibirme, perdón por molestar- al decir esto la electricidad volvió a la casa.

-no te sientas mal, dinos ¿qué te paso?

-no sé por dónde empezar- dijo Carolina mirando el piso.

Antonio se acerca a ella y levantando la cara de Carolina de manera delicada la miro fijamente a los ojos y le dijo.

-ya no estarás sola.

Carolina sonrojada con lágrimas en los ojos, solo pudo decir:

-Gracias.

Enrique, quien estaba mirando por una ventana, molesto por la situación se acercó a sus amigos.

-Tenemos que hablar en privado.
Yendo hacia la cocina les dijo a los chicos.

-Yo sé que no está bien esta chica, pero ¿por qué debemos tenerla aquí? No sabemos quién es, no sabemos de lo que es capaz, la electricidad falla a cada instante y no podemos tener a una persona desconocida entre nosotros.

-tranquilo Enrique- dice Antonio- no se ve peligrosa.

-mira niño bueno, no puedes ir por la vida confiando en cualquier desconocido, un niño es capaz de apuntarte con un arma en la cabeza para quitarte todo lo de tu bolsillo.

-Al parecer el ejército te volvió paranoico, es cierto que cualquiera puede ser malo, pero sabes que debemos ayudar al prójimo.

-te hablaba de lo que pasa en las calles de nuestro país, si te contara lo que vi y lo que hice en el ejército, no quisieras ayudar a ningún prójimo.

proyecto éxodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora