efecto éxodo

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Han pasado tres días desde la rebelión de Blackhole. La ciudad está sumida en el caos: disturbios masivos se desatan por todos lados. Mercurio y Tesla evacúan a todos los ciudadanos posibles para evitar bajas inocentes. Mientras tanto, Blackhole camina por las calles como si fuera el rey, dirigiéndose hacia la alcaldía con el apoyo de una gran cantidad de personas. Desde afuera, mirando el edificio, se dirige a la multitud:

-Este es el mayor símbolo de represión, el símbolo de la corrupción, el símbolo de un pasado que debemos olvidar. Cada persona es libre de dirigir su propio destino sin la presión de nadie.

Alzando las manos, Blackhole eleva todo el edificio en el aire. Luego, cerrando los puños, hace que el edificio se desplome completamente. Se vuelve hacia sus simpatizantes y añade:

-El primer pilar de un pasado triste ha sido destruido. Mañana continuaremos con el siguiente.

Nicolás está en su casa junto a Antonio, trabajando en un extraño aparato de un metro de largo que parece una especie de tenazas con bobinas.

-¿Qué es esto? -pregunta Antonio.
-Es la solución a todo. Esto nos dará una ventaja contra Kevin.
-¿Cuánto falta para terminarlo?
-¿Ya te quieres ir?
-Quiero que ese loco esté encerrado.
-La máquina estará lista en ocho días exactos, pero el mayor problema es encontrar a Enrique.
-¿Puedes localizarlo?
-Cuando él se convierte en niebla, aumenta la presión atmosférica. En teoría, podría rastrearlo, pero el problema sería convencerlo.
-Búscalo, yo lo convenceré.
-Está bien, lo haré. Apenas terminemos esto.

Pasan los días y Blackhole sigue destruyendo todo a su paso. Se dirige hacia el orfanato donde fue abandonado. Amanda, la mujer que lo vendió a Vidal, está en la entrada.

-¿Quién eres y qué haces aquí? -pregunta Amanda.
-¿No me recuerdas, Amanda? -responde Blackhole.
-Con esa máscara es difícil reconocerte.
-Veamos si esto te refresca la memoria -dice mientras se quita la máscara, revelando su rostro.
-Aun no te reconozco.
-Qué ironía... después de destruir mi vida, ya no me reconoces.
-¿Quién eres?
-El demonio del orfanato.

Amanda, sorprendida al descubrir quién es, retrocede aterrada. Pero antes de que pueda huir, Kevin levanta las manos y hace temblar todo el edificio. Amanda corre hacia un lujoso auto y Blackhole, con tono irónico, dice:

-Vaya, vaya... No creo que con el sueldo del orfanato puedas permitirte algo así.

Kevin, enfurecido, percibe algo extraño a través de su poder, algo que nunca había sentido antes, y grita con rabia:

-¡¿Dónde están los niños?!

Desquiciado, destroza el auto y arrastra a Amanda fuera de él.

-Los vendiste, ¿verdad? Te dieron este lugar para cuidar a los indefensos, y te convertiste en una traficante de almas... Tú y las dos mujeres que te acompañan en este lugar deben ser juzgadas.

La toma por el cuello y comienza a asfixiarla, lágrimas de ira surcan su rostro. Pero un recuerdo de Mary viene a su mente:

**"Todos esos niños sin padres son tus hermanitos. Debes ser su ejemplo, la mejor versión de ti mismo."**

Kevin grita de furia al recordar esas palabras. Quiere vengar a los niños huérfanos, pero el pensamiento de ser la mejor versión de sí mismo lo está consumiendo. En ese momento, Mercurio llega a la escena y aprovecha el descuido de Kevin para evacuar a las personas, incluyendo a Amanda. La lleva lejos de la ciudad, donde Amanda, derrumbada, llora:

-No merezco vivir. Mis pecados me han alcanzado... No merezco ser salvada por ti.
-Todos merecen vivir. ¿Por qué tú no?
-Entregué a los huérfanos a un hombre en el bosque por dinero, condené almas inocentes...
-¿Hablas de Darwin? -pregunta Mercurio con ira contenida-. Debería haberte dejado con Kevin. Pero al menos necesito que me ayudes a capturar a Darwin.
-No puedes. Él no está solo. Gente poderosa está con él, personas que controlan este país. No te recomiendo enfrentarte a Darwin ni a su organización.
-Te necesito viva para que pagues por tus crímenes. Un muerto no puede hacer nada.

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