Mercurio

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David, vestido como Mercurio en un día soleado, está parado encima de un edificio hablando a través de un comunicador con Nicolás.

-Dime, ¿qué hay?

-Literalmente -responde Nicolás, quien tiene el radiocomunicador policial de David-. La ciudad está tranquila.

-¡Por Dios! Tiene que haber algo que hacer.

-Bueno, hay una serie de asesinatos desde hace tres semanas, pero por la forma en que quedan los cuerpos, se supone que son animales.

-¿Animales?

-Sí, como osos o leones.

-Pero no hay de esos en el distrito, ¿será Enrique?

-Enrique es brutal, pero no llega al nivel de descuartizar a una persona y devorarla hasta los huesos.

-Entonces, ¿qué crees?

-Pueden existir varias opciones... espera, capto algo, un secuestro armado en la calle diecinueve.

-Estoy cerca, me tomará un minuto llegar.

-Ve, Mercurio.

David comienza a correr hacia el lugar donde ocurre el secuestro. Un vallado de policías acordona el área. David entra velozmente y los policías se sorprenden ante su entrada.

-Señor, por favor, váyase -dijo el detective encargado de la situación.

-¿Qué sucede aquí? -preguntó David al detective.

-Señor, no tenemos tiempo para lidiar con payasos con máscara.

David se molesta ante la actitud del detective. Furioso, se le acerca y le dice:

-Si ustedes no fueran tan incompetentes, yo no estaría aquí. Si les importaran las personas, no estarían perdiendo el tiempo. Y si no fueran corruptos, yo no necesitaría una máscara.

El detective, molesto, miró a David y le dijo:

-No todos somos iguales.

-Entonces, si no eres igual, déjame ayudarte. Puedo hacer cosas que nadie más puede.

-Lo siento, pero no puedo dejar que un civil disfrazado nos apoye -respondió el detective mientras se daba la vuelta, dejando a David en el lugar.

David se comunica con Nicolás retirándose del lugar.

-No me quieren permitir ayudar -dijo David.

-Era de esperarse. Ya tengo los mapas de la arquitectura del edificio.

-¿En serio? ¿Cómo los obtuviste?

-tengo mis métodos .

-Está bien, genio, guíame.

-Se sospecha que hay cinco hombres armados. Tienen a tres chicas, presuntamente son traficantes de almas.

-Qué horrible, dime cómo entro.

-No puedes entrar por ninguna puerta del edificio, pero en el edificio de al lado hay una ventana que conecta justamente con la ventana del segundo piso del edificio de al lado. Entra en ese y salta de uno al otro.

David entra al edificio de al lado, sube al segundo piso y entra en un apartamento donde está una mujer mayor, quien comienza a gritar cuando ve a David disfrazado. David le pone la mano en la boca y le susurra:

-No te preocupes, vengo a ayudar. En el edificio de al lado hay unas niñas que quiero salvar.

La mujer se quita la mano de la boca y le dice:

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