encuentro

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David se levantó de la cama temprano y se dirigió hacia Nicolás.

-¿Qué hay para hoy? -preguntó David en tono molesto.

-Por lo que veo, aún tienes tu virginidad. Había una probabilidad del treinta por ciento de que la perdieras anoche.

-Cállate.

En ese instante llegó Carolina, vestida como Tesla.

-¿Qué haremos? -preguntó.

-Bien, tenemos dos trabajos. Uno para ti, David. Quiero destruir la cadena de narcotráfico que controlan los policías corruptos. Ve con Diego y destruyan eso.

-¿Y yo qué haré? -preguntó Carolina, entusiasmada.

-Para Tesla no tengo misión, pero para Carolina sí.

-¿A qué te refieres?

-Irás con Raúl al casino Parístar.

-¿Qué raro?

-Encontramos a Kevin, el exhumano. No fue una buena visita la última vez, pero no quiero que se sienta solo. Ve a visitarlo, tal vez tú lo convenzas de unirse a nosotros.

Carolina y Raúl se dirigieron al casino, donde todo parecía normal.

-¿Seguro que está aquí? -preguntó Carolina.

En ese momento, el escenario se iluminó. Detrás de las bambalinas salió un joven vestido con chaleco y saco muy elegante. Caminaba sobre el escenario con las manos extendidas y decía:

-Preparen sus mentes para lo imposible, para ver cómo todo vuela.

Levantando sus manos, todos en el escenario comenzaron a levitar, suspendidos en el aire. Los movía de izquierda a derecha, y las personas volaban por todo el lugar.

-Soy el mago de la gravedad.

-Eres un farsante y anticuado -gritó un sujeto del público.

-¿A qué se refiere, mi señor?

-Todas las sillas son de acero, el piso está magnetizado para hacer tu truco. Por eso solo haces uno. He venido varias veces y siempre es lo mismo.

Las personas del público comenzaron a abuchear al ilusionista y a lanzarle cosas y comida, obligándolo a salir corriendo del área. Carolina le dijo a Raúl:

-Lo encontramos.

-¿No escuchaste que es un farsante?

-Créeme, no lo es. No siento magnetismo en el piso, pero sí pequeñas partículas eléctricas, así que lo que hizo fue real.

Raúl y Carolina se dirigieron hacia la parte trasera, donde encontraron al joven mirándose en el espejo, llorando con ira en sus ojos. Raúl se le acercó y le preguntó directamente:

-¿Eres Kevin, cierto?

-Dile a Peter que la obra fue un fracaso, que cuando tenga una buena noche le pagaré todo -respondió Kevin.

-¿De qué hablas?

-¿No vienen de parte de mi cobrador?

-No, Kevin, para nada.

-¿Quiénes son ustedes?

-No sé cómo explicarlo, solo te diré que somos como tú.

-¿A qué te refieres?

-A que no usas magnetismo -intervino Carolina-. Tú haces eso de verdad.

-No sé de qué hablan, todo es falso.

-No, no lo es. Entiende, eres como nosotros, eres un exhumano.

-Soy un humano normal y corriente.

-¿Creciste en el orfanato católico María Auxiliadora?

-No sé qué tiene que ver si crecí allí. Esperen... Nicolás los envió, pero ya le dije que estoy bien. Vidal es como un padre para mí, y todo lo que hago es poco para serles útil. Además, estoy bien.

Carolina se le acercó y le dijo:

-¿Por qué te avergüenzas de tus habilidades?

Carolina tomó un foco de luz y lo sostuvo en su mano, y este se encendió como si estuviera conectado.

-Somos como tú.

Kevin tomó un respiro y les dijo:

-¿Son como yo? Entonces saben lo que se siente que te traten como un demonio cuando simplemente no entiendes lo que sucede. ¿Saben lo que es que te hagan exorcismos estúpidos para liberarte, que te amarren a la cama, que por simplemente mover objetos te consideren diferente y te vean con miedo? ¿Saben lo que es la soledad, la fría y dolorosa soledad por el simple hecho de ser diferente? ¿Y aún se preguntan por qué prefiero dejar eso atrás?

Carolina lo abrazó y le dijo:

-No sé cómo se siente eso, pero sí sé lo que es sufrir, porque todos lo hemos hecho. Créeme, no eres el único que se siente así. Pero, Kevin, si tienes un don, es para hacerlo brillar e iluminar la vida de las personas.

-¿Cómo lo hacen Mercurio y Tesla? Tú no sabes que jamás las personas los aceptarán. Siempre tendrán miedo de ustedes. Les agradecen, pero no los aceptan. Por eso deben usar máscaras, para alejarse de esta sociedad... o debería decir, de esta suciedad.

-Tienes mucha ira, y lo entiendo -continuó Carolina-. Pero eres mejor que eso. Eres mejor que ellos y debes demostrarlo. Demuestra la mejor versión de ti mismo y demuestra que no eres un farsante. Ayúdalos a vivir mejor.

-No quiero continuar esta conversación.

Raúl se le acercó y le dijo cruelmente:

-Sabes, quería contenerme de decirte algo innecesario, pero mírate, sintiendo lástima de ti mismo. Sabes, yo no podía vivir sin comerme a un humano. Tenía que devorarlo completo, y era un monstruo. Tuve que sufrir la soledad, solo para protegerte.

-¿Protegerme?

-Yo fui quien te llevó al orfanato porque, si no, te hubiera devorado o te hubieran vuelto un arma.

Kevin miró a Raúl furioso, y alejándose de él, le gritó:

-¡Hubiera sido mejor que me mataras y devoraras antes que hacerme vivir esta asquerosa vida!

-Kevin, lo hice por tu vida, quise lo mejor para ti.

-Creo que ya no tienen nada que hacer aquí.

-Espera, Kevin.

Kevin movió su mano y lanzó a Raúl diez metros lejos de él.

-¡Lárguense!

-Eso no salió como planeaba -dijo Carolina.

Carolina levantó a Raúl y comenzaron a dirigirse a su casa, lejos de Kevin, pero Raúl notaba la tristeza en su rostro.

Carolina levantó a Raúl y comenzaron a dirigirse a su casa, lejos de Kevin, pero Raúl notaba la tristeza en su rostro

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