proyecto éxodo

reintegro

Nicolás toma sus llaves y se dirige al orfanato, que se encuentra bastante lejos de su casa. David comienza a diseñar un nuevo traje mientras le cuenta la historia que han vivido a Raúl, quien quedó impactado.

-Qué horrible historia -dijo Raúl.

-Tal vez, pero sin sufrimiento no valoramos las cosas buenas de la vida. ¿Cómo valoras el respirar si nunca te has ahogado?

-Qué positivo eres.

-Pues sí, las cosas pasan por algo. Tal vez Dios nos dio este poder para cambiar el mundo.

-¿Crees en Dios?

-¿Tú no?

-Tengo mis opiniones.

-Eso me llena de esperanza.

-Bueno, al menos es bueno lo que haces.

-Gracias.

Mientras hablaban, escucharon en la televisión un informe sobre un incendio en la ciudad vecina.

-Es cerca, incluso en auto llegaríamos en veinte minutos, es lo bueno de vivir en los límites de la ciudad-exclamó David.

-¿Que harás?

- Iré a hacer mi trabajo, pero necesitaré ayuda.

-¿Por qué?

-No será fácil detenerlo. Aunque lo hiciera, no podría salvarlos a todos -dijo David mientras se vestía.

-¿No tienes a nadie que te ayude?

-El único que conozco es Enrique, pero no sé dónde está y no tengo tiempo que perder.

-Qué mal, tu amigo sabría qué hacer.

-¿y que tal tu? Eres igual que yo y tienes poderes. Ven a ayudarme.

-No lo recomiendo.

-Ya no tendrás hambre por humanos, puedes ayudarme.

-No conoces mi poder.

-Tal vez, pero creo que es mejor ver tu poder que ver cómo todas esas personas mueren.

-Con una condición.

-Acepto lo que sea, pero vámonos.

-Debes detenerme si me descontrolo.

-¿Puedes correr como un animal?

-Puedo hacer más que eso.

Raúl se quita su franela y, entre rugidos, su cuerpo se vuelve cinco veces más grande. Sus músculos crecen desbordantes, sus dientes afilados se muestran en su boca. Le sale una cola y melena  de león y rayado como un tigre. Miro a David con sus ojos amarillos,No podía hablar, pero David entendía lo que quería decir.

David muestra su nuevo traje dónde predomina el azul y el rojo, una chaqueta deportiva cerrada, con guantes y botas. La bufanda roja cubriendo su cuello y su máscara que es lo único que se mantuvo de su antiguo traje destruido

-Andando- dijo David mientras le daba una palmada a Raúl quien solo expreso un gruñodo
Ambos corren, David con una clara ventaja sobre Raúl. David llega rápidamente, sube al edificio entre llamas, al verlo, las personas que estaban asustadas comienzan a aplaudir. Muchos lloran de felicidad, tanto porque Mercurio estaba vivo como porque serán salvados. Sin embargo, al ver a Raúl corriendo hacia el tren, comienzan a gritar espantados.

-¿¡Qué es eso!? -gritó un pasajero.

-Tranquilos, viene conmigo -dijo Mercurio, calmando a las personas.

Raúl salta sobre el tren, y David pasa por cada vagón pidiendo a los pasajeros que se dirijan a la parte trasera. Ambos llegan a la sala de máquinas, donde ven que todo el sistema de frenos está en llamas. David les exige a los pilotos que salgan de allí.

-Escucha -le gritaba David a Raúl-, sé que me escuchas. Mira, desarmamos este motor, pero necesito que frenes el tren con tu fuerza.

Raúl comienza a rugir como si estuviera molesto, enfadado con David.

-No te estoy dejando todo el trabajo, solo te pido que frenes esto.

Raúl golpea el techo y luego se sostiene de la parte delantera del tren. Al darse cuenta de que lo que decía David era una locura, comienza a golpear el motor, destruyéndolo pieza por pieza. David, al ver lo que hace Raúl, corre apresurado hacia el motor.

-¿Qué haces? ¡Estás loco, podrías hacer que explote...!

David guarda silencio al ver que Raúl ha dejado descubierto el motor del tren y nota una correa de tiempo. Rápidamente se da cuenta de que solo tiene que moverse rápido y tomarla.

-Eso es lo que querías.

Raúl lo mira y, levantando una ceja, sonríe mostrando sus filosos dientes. David se mueve rápido y toma la correa, provocando que el motor del tren se apague, pero la velocidad del tren no disminuye, y la estación está a solo quinientos metros. David, preocupado, piensa que corriendo casi a la misma velocidad que el tren en dirección contraria, podría absorber su velocidad de manera inversa. Baja del tren y corre hacia la estación. Al volver a toda velocidad, choca contra el tren, provocando que salga lanzado en sentido contrario. El tren se detiene bruscamente, David está con varios huesos rotos pero aún está consiente soportando el dolor, al calmarse la situación los pasajeros bajan.

Todas las personas se reúnen rodeando a Mercurio quien apenas podía moverse y a Raúl, aplaudiendo. De entre los vagones baja una persona cubierta con una capucha quien los mira a la distancia y solo se va sin decir nada, David logro ver a esa persona pero sus heridas eran tan dolorosas que no se podía mover. Llegan reporteros y le preguntan:

-¿Cómo es que detuviste el tren?

-Fue idea del grandote -respondió, señalando a Raúl.

-¿Quién es él? ¿Tu compañero o tu mascota?

Raúl se molesta ante este comentario y comienza a gruñir. David toma el micrófono y habla:

-El es... mi amigo. Llámenlo Hannibal.

Todos comienzan a anotar mientras toman fotos. Entre la multitud llega el detective Diego quien se alegra en sobre manera al ver a Mercurio vivo

-¿Podría decirme cómo sobreviviste a la explosión?- dijos Diego con todo alegre en su voz

-te diré lo que necesitas saber -dijo Mercurio mientras miraba a Raúl- todo fue gracias a el, el me salvó.
- No tienes idea de lo feliz que me hace saber que estás vivo y con nuevo look
- Pues si, quise ser un poco más colorido y esperanzador, me sorprende que me reconociste.
-Claro que te reconocí, no hay nadie tan estúpido como para correr delante de un tren con súper velocidad.
-Jajaj gracias por el cumplido,pero dime ¿sabes que sucedió aquí?.
- Aun no tenemos nada en concreto- el tono de Diego cambio a más profundo- pero creemos que es un ataque entre bandas criminales, muchos delincuentes usan estos trenes para transportar mercancía pero como sabes tengo cadenas que no me dejan ver más allá.

Mercurio un poco molesto se dirigió hacia una camara que estaba haciendo un reporte y disculpándose con la reportera dijo en vivo:

-Tú, quien intentó matarme, lamento decirte que fallaste. Tu reinado de corrupción y maldad se terminó porque llegué para quedarme, y no me derrumbarán. Quien desee hacer el mal en mi ciudad, en nuestra ciudad, en nuestro hogar... lo daré de almuerzo a Hannibal. Así que es preferible que acepten la cárcel.

David y Raúl se retiran del lugar con mucha prisa y, sin dejar rastro aprovechando que las heridas fe David estaban casi curadas. Ellos vuelven a la casa de Nicolás. Raúl vuelve a su forma natural y, mirando a David, le dice molesto:

-No volveré a comer humanos.

-Tú lo sabes, yo lo sé... y ellos no lo saben.
- no me gusta que me trates como un animal.