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BAJE DEL AUTO CON LAS BOLSA DE ROPA, Danny se rio de mi cuando tropecé en la banqueta por culpa de estás.
-Dame eso y abre la puerta.-Dijo sonriendo extendiendo sus manos.
Se las di y saque las llaves sin antes volver a verlo.
Él se veía feliz, el hecho de que haya terminado con su novio hace unas semanas pareciera no haberle afectado. Pero yo sabía que ocultaba.
Meterse de nuevo con sus ex-novio no le quitaba la tristeza de su ruptura con Ethan. Hasta cuándo me contó que había pasado, Danny parecía no importarle, pero estaba dolido.
Solo que no quería decirlo.
-¡Vamos cumpleañera mueve tu lindo trasero, esto pesa!.-Me regaño detrás de mi mientras yo abría la puerta.
Primero el olor a pizza inundó mis fosas nasales, cerré levemente los ojos disfrutando el olor y sonreí al ver a Mónica en la cocina.
-¡Lyn!-exclamó feliz quitándose el delantal rojo que traía puesto para ir hacia mí y rodearme con sus cálidos brazos.
Reí a lo bajo tras haberse separado y Mónica me tomo de los hombros.
-Tu cabeza va a explotar por mi comida...-se burló y sonrió con orgullo.
-Todo lo que cocinas es delicioso, mi estómago grita por comida.
-El mío más.-Se quejo Danny quien dejaba las bolsas en los sillones.
-¿Por qué no dejas la ropa arriba y cuando bajes estará lista la comida?.-Hablo mi tía quien apareció entre el pasillo.
Asentí y tome las bolsas. Danny iba ayudarme pero negué y el sonrió aliviado dejándose caer en el sofá, reí entre dientes y subí a mi habitación.
Cuando iba a entrar note la puerta entreabierta y el fino olor dulce de galletas de limón.
Mi corazón se aceleró al recordar el aroma, mis pies se quedaron congelados enfrente de la puerta y antes de entrar lo dudé demasiado.
Y ahí estaba.
Sentado en el sillón de mi ventana con una camisa gris casi negra y un pantalón de mezclilla, él levantó su rostro del plato de galletas conectando su mirada con la mía. Sonrió levemente y yo seguía sin moverme, como si algo hubiera dado "click" en mi cabeza puede volver a pensar y respirar con normalidad.
Me moví caminado a mi cama y ahí deje las bolsas suspirando.
-Feliz cumpleaños...-Soltó detrás de mí y solo con eso mi corazón se aceleró como antes lo hacía.
¿Por qué?
Me gire y lo vi de pie con el plato de galletas en sus manos.
-Lo recordaste...-Dije y él sonrió asintiendo con su cabeza.
Su pálido rostro me preocupó, las oscuras ojeras en sus ojos me alertaban que no había estado durmiendo bien.
