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Volví a mojar mi cara con el agua helada de la llave, suspiré dejando salir la tensión y sequé mi rostro mientras observaba en el espejo del baño.
Grandes ojeras descansaban bajo mis cansados ojos que ni siquiera el maquillaje lo cubría, el silencio del baño de la escuela me podía de los nervios y cerré los ojos un momento tratando de tranquilizarme.
Ahogue un pequeño grito asustado sosteniendo mis manos en el lavabo cuando los abrí, estás temblaron ligeramente al cruzarse mi mirada con la de él a través del espejo, no se movía, solo miraba a mi dirección y cuando me gire a encararlo...este desapareció.
Mi corazón latía a mil y mire mis manos pellizcando mi piel para verificar que estaba despierta.
Y lo estaba.
El timbre sonó asustandome así que suspiré y caminé hacia la salida, al llegar por dónde él se había parado contemple un ambiguo brillo verde en el suelo, pero fruncí el ceño al darme cuenta de la pobre luciérnaga en el suelo intentando brillar.
Empujé la puerta para salir y me perdí entre los estudiantes habladores que salían de sus clases en los pasillos.
Al llegar a mi casillero comencé a cambiar los libros mirando hacia el pasillo, el peso de una mirada me comía dejándome una sensación realmente incómoda, pero quizás estaba exagerando o estaba muy alerta de todo.
Un bostezo salió de mi boca al sentirme cansada, necesitaba dormir, pero ya no podía hacerlo.
Me quedé congelada cuando ví aquella rara sombra en la esquina del pasillo, intenté no perderla de vista para acercarme y saber que era realmente, pero el sonido de la voz de Scott me detuvo.
-¿Estás bien?-preguntó con lentitud buscando mis ojos con su mirada.
No supe qué responder, sentía mis ojos cansados y no sentía que estuviera viviendo el mundo real, era como si mis ojos no se hubieran cerrado en toda esa semana.
Y la verdad, no lo habían hecho.
Asentí con la cabeza mintiendo y Scott hizo una mueca fingiendo creerme.
-Le harán análisis a Stiles toda la tarde, pensaba ir a las seis a visitarlo antes...-Metió sus manos a los bolsillos nervioso- ¿Quieres acompañarme?
-Y-yo...eso creo, pero te avisaré.
Mire detrás de él aún estando alerta y volví a mirarlo intentando sonreír, pero creo que al final salió una mala mueca incómoda.
-¿Segura que estás bien?-La preocupación se reflejaba en sus ojos intentando no presionarme.
