PRIMERA PARTE. Cap 1. Preciosas

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Las vacaciones de los graduados, en este caso los expulsados, son un alivio para cualquier ex estudiante por el hecho de dejar una etapa atrás, pero para el par que dormía en diferentes colchones y en la misma casa, era un paso que ellos habían dado hace mucho tiempo y nos los ponía nerviosos. 

El único nervioso que tenía los ojos abiertos en la noche era Ramón, el estudiante con más edad desde siempre. Primero porque sus padres no hicieron bien los cálculos para meterlo a la escuela y terminó en el grupo menor a él, y segundo porque en tercero de secundaria repitió grado debido a varias fugas y notas bajo el promedio...

Nunca fue cómodo socialmente y su familia era diferente al resto, por eso no buscaba amistades por más que de niño hubiese deseado tener un amigo, o un socio. 

Hasta que el rubio que se cambiaba por quinta vez de colegio en toda la secundaria, llegó a la vida Ramón como un disparo y estando más loco que la familia Peralta, logró adaptarse a está.

 El moreno tenía una excusa patética para justificar la atracción que sentía al cuerpo en el piso que le daba la espalda la cual se explicará si el lector sigue la historia. 

La sabana la tenía bajo la cintura porque el calor no les dejaba cubrirse más. La ventana abierta era un alivio, pero nada lo salvaba de los deseos en su interior.

 Miraba al techo en silencio porque si volteaba a la derecha se le iba a saltar el corazón. Las noches anteriores con las ultimas gotas de cordura no dejó que Carlitos se le acercara por no sentir afán de él y gran error cometido, ya que reprimir las emociones que sentía lo engatusaba más. Se había preguntado si era deseo o amor lo que experimentaba sin prejuicios porque no era la primera vez. Era el primer Carlitos, el último y el único Carlitos, pero no por eso era el primero que advertía su homosexualidad, en realidad su bisexualidad. 

Lo que lo volvía diferente era que no se había preguntado si era amor. Le habían gustado chicos y chicas, no amado, sino gustado lo que significa que no le gustarían para siempre. Solo un gusto, como ver el cielo. Podría gustarle por mucho tiempo, y de mismo modo podría gustarle solo hasta mañana, de tal forma cuando hizo la reflexión un día que Miguel le preguntó por qué carajos sonreía tanto se encontró entre la espada y la pared curiosamente el mismo día que tuvieron que explicar cada un por su cuenta que haber incendiado el laboratorio les causó la expulsión dos meses antes de graduarse, para otros alumnos en esos casos les perdonaban y hacían el mínimo esfuerzo para no darles ese mal sabor de boca, pero este par era un problema del que librarse, por eso no dudaron en tomar ese accidente como razón de no volver a verlos. 

 Cuando Ramón contó a sus padres fue tomado con más calma. Lo que no tuvo calma fueron las palabras duras como ¨decepción¨, ¨Que perdida de tiempo y dinero haber tratado de darte educación ¨ o ¨ Me prometiste que no me volverías a avergonzar¨ esa en su opinión fue la más dura porque se refería a su día favorito, cuando salió en televisión. 

Carlitos jamás contó tan detalladamente la reacción de sus padre que era la que más preocupaba a todos en general. A su novia, a su amigo, a la novia de su amigo, a los padres de su amigo, y hasta Miguel le dio el pésame. Lo único que informó fue que tras se acabasen las vacaciones tendría que trabajar, porque ese verano irían a casa de familiares de su lado paterno que no conocía muy bien para enseñarle una lección valiosa sobre la educación, a pesar que él le enseñaba a los profesores y tenía un buen reporte de notas. Claro, si lo quería así.

Ese tiempo que dejaron de asistir les prohibieron verse por idea de Aurora que en la ceguedad culpaba a Ramón de todo, y en caso del nombrado lo hicieron para quedar como verdadera autoridad, pero lo dejaron irse con Magdalena las veces que quisiera, y sin saberlo lo dejaron irse con Federica también. El rubio fingió trabajar arduamente, mas sólo sacaba de sus sitios secretos la cantidad de plata adecuada para hacer creer que era un sueldo mínimo y se las entregó toda recuperando un poco su confianza, por lo que al acabar su castigo no hubo prejuicios para que se vieran de nuevo.

Lolita con "C" de CarlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora