Continuó manejando hasta que paró en un teléfono público. Tras frenar, marcó a su casa y la voz de su padre contestó.
- Hola, pa.
- ¡Ramón! ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
- Sí, sí, ¿Cómo estan ustedes?
- Bien, bien. Bueno tú madre un poco loca, pero no sería novedad.
- ¿Está bien?
- Sí, le hubiese encantado hablarte pero se fue al mercado, pero sí está bien.
- Que bueno, mirá, te llamo porque necesito el número de ese tal... Ramiro Dávila. Estamos un poco bajos de plata.
- Ramón, vos dijiste cuando te fuiste que era suficiente que no necesitarías robar, ¿qué pasó? ¿en serio se gastaron todo?
- Ya no es lo mismo de antes, todo está más caro y debemos movernos rápido. Además no vamos a hacerlo rutina sólo necesitamos un poco para poder seguir.
- ¿Y cuándo se acabe? Ramón, si se hace dífícil ¡vuelvan! ¿Ahora te crees el choro intermundi?
- No, pero no puedo aplicar a trabajar, ¿no?
- Ya mismo se acaba el año, no gastes todo en pelotudeces, ¿de acuerdo?
- Te lo prometo.
- Bien, tomá un papel y anotá.
Ramón no tenía nada, así que voltió por ayuda de su socio.
- ¡Carlitos!
Este voltió.
- ¡Dame hoja y lápiz!
El rubio buscó en la guantera y sacó una libreta y una pluma. Salió del auto y se acercó con esta en mano a Ramón.
Lo que decía José, lo repetía Ramón y anotaba Carlos, más un par de nombres, mas por si acaso otro número.
- ¿Lo anotaste?
- Sí.
- Ya está, gracias.
- Está bien, cuando lo veas a Ramiro decile bien que sos mi hijo, y contale algo lindo de nosotros, ¿de acuerdo? Ah, ¡y no llevés a Carlitos!
- Sí, no te preocupés... Un abrazo, dile a mamá que llamé, chao.
- Chao.
- Listo, vamos.
Continuaron manejando y cerca de una mecánica junto un parque con algunos niños en el, Ramón volvió a bajar con la libreta en mano a un telefono.
Busco en los bolsillo su billetera y quiso sacar una moneda pero no había ninguna.
Carlitos le dio un par y tras colocarlas, llamó.
Mientras él hacia el contacto y sonaba con cortersía como un cliente, Carlitos miraba la calle ansioso.
Fue al asiento de atrás y tomó de debajo de un asiento sus pistolas y las guardó en su sitio habitual.
Vio por la calle pasar a una señora con su hija, a un estudiante de unos catorce años con su uniforma cruzar la calle, y a un anciano pasenado un perro.
Voltió a ver a Ramón quien hablaba seriamente y confiado, seguramente su plan había funcionado, ahora sólo le faltaba a él tener un plan, pues no sbaí qué iba a hacer todo el día en una ciudad que no conocía o qué haría Ramón, odiaba que no le dejasen saber nada al respecto pero luego se le pasaba porque así no tenía que hacer nada, si lo que quería era robar no nada teórico.
ESTÁS LEYENDO
Lolita con "C" de Carlos
RomanceADVERTENCIA: Lolita no es una novela de amor, es una historia de violencia de todo tipo. Esta novela fanfic tampoco es una historia de amor, es una historia de dos criminales que confunden el amor con la violencia, tal como en Lolita. ¨Lolita, luz d...