Cap 21. Las etapas del duelo.

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Fueron tiempos tan tormentosos y sin embargo los más productivos de su vida. Dicen que hay cinco etapas del duelo, primero negociación.  Esta etapa fue intensa pero corta para Ramón quien primero dio vuelta a todo el camino buscano en cada hotel y apartamento que habían habitado juntos, una pista o incluso a él. Llamó a su casa, trato de ubicar a la familia de Carlos y todo era un rotundo fracaso, ni siquiera se habia dado tiempo de rasurase, bañarse hacer algo por sí mismo fue un par de semanas de jugar al escondinte hasta que cayó en cuento que no había que encontrar pues nadie estaba perdido o desaparecido. La segunda etapa es la ira, esta dura normalmente igualmente semanas o día pero para un corazón tan ambiguo como el de Ramón había durado un mes y medio maldiciendo cada bar y pensando que alguien había secuestrado a Carlitos. La cantidad de golpeados en cada bar que emprendía busqueda era incontable tenía las manos de un color morado y siempre con costras que ni siquiera llegaban a sanar.  La ira inicia contra el resto de personas por este motivo para Ramón todos eran culpables y posibles ejecutores del "secuestro" del rubio , pero entre cruzar pueblos y ciudades y caer en una profunda semana de alcohol el enojo empezó a dirigirse a él mismo recordando cada golpe e insulto con el que había atacado a Carlos maldiciendose remordiendose los labios y jalandose los pelos de su sucio cabello pensando en como se suponía que él tenía que haberlo cuidado, era sólo un nene que no tenía ni familia ni estudios y sólo lo tenía a Ramón, dependía de él en la mente del moreno. 

La tercera etapa es la negociación, esta dura menos que las otras etapas para Ramón fue la mas larga duro seis meses, fue un momento en el que era necasario exteriorizar su malestar y dejar de tragarse sus ideas. En medio de una gasolinera en el medio de la noche y algo ebrio llamó a su casa. Llorando contó a su madre que Carlos se había ido, que lo amaba que lo había secuestrado y que llevaba meses tratando de encontrarlo y nada había hallado era un infierno y sentía que estaba en peligro que lo necesitaba y podría caer en garras de cualquiera. Su madre no había podido decir ni una palabra estaba tan asustada por la versión de Ramón de la desaparición de Carlos, como sorprendida de la repentina confesión de amor homosexual de su hijo. No hizo mas que consolarlo y al notar la ebriedad no opino de más. Una vez que acabo de hablar con él pensó si decirle algo a su marido pero decidió evitarlo, sería un secreto entre Ramón y ella.

Una de las paradas de Ramón que tomó en cuenta fue ir con la familia de Carlos pues trato de llamar con una agenda de contactos de Carlos pero ninguna coincidía. Pero lo había visitado desde la distancia cuando Carlos escapó con él y el resto de camino sería parte de la investigación, por lo que despues de consultar con personas que caminaban por ahí logró coincide con el apellido Robledo se topo con unos tios de Carlos que al oir tal nombre no quisieron decir mucho mas que acusarlo de loco maricón y ladron. Ramón trató de conversar con ellos sacar algo pero fue inutil solo varios portones en su cara recibió. Sólo un muchacho de su edad lo había encarado preguntandole un par de cosas pero no era relevante, Ramón no era ingenuo y notó facilmente que en la estadía de Carlos en ese pueblucho seguro ese chico había sido el jugueto pasajero. 

Regresó a la carretera y pasó varias noches durmiendo en el auto hasta que un día recordó los escondites obesivos de Carlos lo cual podía significar que ese mismo auto con el que habían estado juntos y separados por tantos días podría tener algunas cosas que le servirían. 

Abrio la cajuela y encontró basuras de todo tipo de golosinas, cartas, un libro pequeño, revistas y colillas de cigarrillo. Vació todo y reviso la parte de atras de los asiento allí encontró unos papeles con dibujos alternativos como casas, cabañas, y un trozo de papel arrugado y roto pero con un dibujo hermosos de Ramón conduciendo con su clasico ceño fruncido y el cigarrilo en la boca. Se rió y lloró al verlo pues lo había hecho mas guapo de lo que era y parecía un villano de un comic de superheroes. Lo guardó en su bolsillo y con el corazón ahogado siguio buscando había tantos chicles pegados como polvo. Un par de casets con las cintas rotas. Esferos, y varios billetes sueltos ya que siempre traían efectivo en cantidades mosntruosas. Encontró un rifle escondido bajo los dos asientos trasero y tres navas entre un asiento. 

Lolita con "C" de CarlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora