Lolita con "C" de Carlos

Cap 2. Me despertaste

Ramón tenía en las manos algunas armas de su padre que no se habían librado todavía en la mesa curioseándolas mientras sus padres veían la tele. No le molestaba el ruido, le hacía compañía porque alguien le faltaba a su lado, un ser que se había ido a su casa esa tarde por insistencia de su madre que no confiaba en él por su cuenta, rompiendo discretamente el pacto sobre que solo necesitaban que llamase de vez en cuando a su casa. De paso su madre había invitado a Marisol a comer pensando que aún eran pareja, pero no les importó, lo contrario, los alivió, ya que sus padres por cada lado tenían grandes expectativas de hasta dónde llegarían con su noviazgo. En otra ocasión hubiera invitado a Ramón también, sólo que mintió diciendo que era algo de repente cuando por teléfono el rubio le preguntó si podía ir.

Escucharon la puerta sin sorpresas dejando pasar a Carlitos sin importancia, como rutina de tenerlo en la casa saludándolo con preguntas triviales por educación. Aunque claro que el moreno se dio más tiempo para escanearlo y fingir volver a lo suyo con tranquilidad como si no hubiera visto el reloj pasar en su muñeca cada hora que pasaba...

De momento instantáneo se sentó a su lado haciendo lo mismo sin ninguna resistencia a la curiosidad de las armas.

- ¿Cómo te fue? - preguntó pegándose más su cuerpo con los codos en la mesa viendo como sacaba un cigarrillo metiéndoselo a la boca, a lo que buscaba de sus bolsillos alguna fosforera que no encontraba - Ten- sacó la suya y dejó el fuego encendido para que él se acercara dándole una calada honda al tabaco - ¿Y bien? - insistió, pero la respuesta fue sólo un suspiro lleno de inconformidad que resumía a exactitud cómo se sentía, provocando que Ramón se riera feliz de saber que prefería estar con ellos, a con su familia.

- ¿Y vos? - no le puso ni un ojo encima una vez que la escopeta estaba en sus manos pretendiendo que la usaba.

- ¿Yo qué? - Carlitos dejó su juguete en la mesa y le dio una mirada de regaño con una sonrisa pícara que le tenía mucho para contar - ¿Qué boludo? - 

- Tu novia pregunta por vos - no era lo que esperaba. 

- ¿Qué te dice? - su voz era más desanimada, aunque no duró así por el comportamiento sospechoso de su amigo que había volteado a ver a los adultos metidos por completo en la televisión, pero no pareció que estuviesen así de distraídos y de igual modo movió un poco su asiento encargándose de darles las espaldas. Esa fue una señal que entendió Ramón para acercarse un poco más y no llamar la atención.

- Sólo quería saber cómo estabas.- pronunció mientras hurgaba en su bolsillo sacando una tela negra pequeña a la que no entendía su forma hasta que la tiró a las piernas del moreno que al verla por si misma rio nervioso, al igual que fascinado notando que era ropa interior femenina.

- Pues estoy bien, estoy muy bien. - puso énfasis en la penúltima consonante regresando a ver a sus padres inquieto señalando con sus ojos a su habitación para irse rápido de ahí. Carlitos se levantó del asiento y apagó su cigarro en el cenicero de la mesa llevándose de paso una escopeta más pequeñas consigo.

En el cuarto las risas no se demoraron en aparecer teniendo que silenciarlas un poco al darse cuenta que se habían pasado, del modo que José frente al televisor rodó los ojos, y Ana sintió algo de ternura.

- ¿Te lo dio ella? -

- No, Marisol...- se acostó en la cama del moreno sacándose los zapatos.

Ambos veían la prenda de ropa como un objeto extraterrestre al que Carlitos no podía encontrarle un atractivo, y Ramón variaba entre la excitación y la sorpresa, imaginando todos los escenarios con Magdalena y su ropa interior - Ella estaba más avergonzada.... -