Capítulo Diez

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La niña de la sonrisa perdida

El país de las sonrisas perfectas era pues eso, el hogar de la personas que siempre sonreían de forma impecable. En el rincón más apartado vivía una niña a la que siempre rechazaban y criticaban porque su sonrisa era un poco especial.

Un día la niña salió de casa a dar un paseo y sus vecinos se pusieron tan furiosos al verla que enseguida llamaron a la reina. Aquella cruel mujer que tenía la mejor sonrisa de todas pega a su rostro vino y le quitó a la niña la suya bajo la excusa de que lo que ella tenía en la cara era una vil ofensa para su reino.

La niña volvió a su casita destrozada y se sentó en una gran roca de su jardín a llorar y a llorar. No podía parar y su llanto fue tan fuerte que se escuchó en el cielo. Un ángel que ma oyó voló hacia ella y le preguntó:

—Pequeña niñita, dime ¿por qué estás tan triste?—la niña de rizos rubios miró al reluciente ángel frente a ella y detuvo su llanto.

—La reina me quitó la sonrisa y la lanzó lejos de aquí porque todos piensas que estaba rota y era fea, pero a mi me gustaba mucho. Y me advirtió que no la intentara buscar porque si no conseguiría un castigo aún mayor—la niña se deahogó contándole sus penas a aquel hermoso ángel—¿Ahora que puedo hacer?

—Primero que nada debes saber que nadie es capaz de borrarte la sonrisa. Las personas no pueden tener ese poder y si es así permite decirte pequeña que lo has hecho todo muy mal.

—¿Por qué dice eso señor ángel?

—Porque eres tú quien decide la influencia que tienen los demas sobre ti. Si quieres sonreír simplemente hazlo, pero sólo si de verdad quieres, no porque los demás te digan que lo hagas. Ninguna persona tiene el poder sobre tus emociones, ni tus decisiones.

—Entonces ¿Qué pasará con mi sonrisa? Me gustaría tener una como la de la reina, es muy perfecta.

—Las sonrisa perfectas no existen, si vas a tener una está debe ser auténtica, debes sentirlo de verdad. Porque son mejores las sonrisa sentidas que las sonrisas fingidas. Todas esas perdonas incluida la reina tienen sonrisas pintadas y falsas, algunos las usan para protegerse y otros para fingir que son mejores que los demás, sea cual sea el motivo al final del día no es real—explicó el ángel mientras la niña asentía con su cabeza—¿Quieres una sonrisa de mentiras o una de verdad?

—Una de verdad—dijo la niña parándose del la piedra donde estaba sentada.

—Bueno, pues te invito a que sientas alegría e intentes dejar las lágrimas atrás.

De repente sucedió, ella estaba sonriendo, y no era con su vieja sonrisa sin forma ahora era una muy hermosa. Gracias a aquel ángel la niña sonrío de verdad porque ahora sabía cómo funcionaba. Y se dice que desde entonces ya nunca más volvió a estar triste.

Ahora sonreía porque le daba igual si la rechazaban, ella se amaba a si misma y con eso era suficiente. Sonreía porque ya no le importaba la opinión que tuvieran los demás, ella confiaba en las desiciones que tomaba sin importar nada. Y lo mejor era que sonreía para nunca más ser invadida por la tristeza porque las sonrisas son la cura perfecta contra la agonía y la melancolía.

Aquella niña encontró su verdadera sonrisa perdida, la que perdió incluso mucho antes de que supuestamente se la borraran.

¿Y tú, estás dispuesto a encontrar tu verdadera sonrisa?

Buscando mi sonrisa [Sonrisas Parte I] [Cristiana]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora