Capítulo 21

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Unos intensos ojos grises iguales a los míos eran todo lo que veía.

-Amor, deja a la niña, la vas asustar- una mujer se puso al lado de él, la miré y vi que era mamá.

-Pero saco mis hermosos ojos- le dio una mirada coqueta.

-Que humildad- el sarcasmo era notable en la voz de mamá.

Reí alegre mientras aplaudía por tener la atención de ellos.

-Papi- estiré mis brazos hacia él y él me cargó.

-Mi hermosa niña- dijo y abrazo a mamá- mi reina y mi princesa, me falta el príncipe, pero no sé dónde está.

-Está jugando un rato.

-Ya quiero que todo acabe y poder estar juntos como una familia.

-Sabes porque tome está decisión, te amo, pero no quiero que nada les pase- mamá acaricio la mejilla de papá y la mía- pronto vamos a volver a estar juntos como la familia que somos.

El escenario cambio drásticamente. Me encontraba al frente de una casa grande algunas luces encendidas. Mi cuerpo se movió solo hasta llegar a una de las ventanas.

-¡NO!-grite al ver la escena, mamá tirada en el suelo con muchos golpes por su rostro y mucha sangre en el piso al igual que vidrio roto, mire a mi derecha y había fuego cerca.

Intenté abrir la puerta por no cedía, fui hacia las ventanas, pero todas se encontraban cerradas. El fuego se acercaba más a mamá con mucha rapidez.

-Ella no se va ir ningún lado, ella es una prisionera- el fuego desapareció, pero esa voz que me atormenta desde hace mucho seguía hablando- eso le pasa por no decirme lo que quiero saber.

-Tú eres la siguiente- sentí que puso sus manos alrededor de mi cuello e hizo presión.

Me levante sobresaltada, pase mis manos por mi cara y mi cuello asustada, corrí hasta la peinadora y al comprobar que no tenía su mano marcada alrededor de mi cuello pude respirar tranquila; cuatro días han pasado desde la cita y hace dos días que tengo el mismo sueño o recuerdo y después cambia a una pesadilla cada vez es peor la situación, donde muere mamá de formas nada agradables o yo me encuentro encerrada en un cuarto escalofriante.

Conocí a mi verdadero padre y tengo un hermano mayor, pero no lo recordaba, tenía ese recuerdo bloqueado. Mi cabeza duele, di algunos masajes en mi frente intentando bajar un poco el intenso dolor.

¡Mierda!

Esto no funciona.

Lo único que agradezco es que Thiago este ocupado con cosas del reino y no se ha podido quedar a dormir y la verdad lo aprecio porque no sé qué le voy a decir si él duerme aquí y me ve levantarme sudando frio y asustada en la madrugada.

-Lo que pasa es que me atormenta el recuerdo del que creía mi padre, la situación de mi mamá y mi verdadero padre lo estoy recordando junto a un hermano que no sabía que existía- murmuré al aire- esa explicación se escucha del asco y no se la cree nadie.

Me levanté de la cama y vi la hora, cinco de la mañana, suspiré pesadamente. No quiero estar dentro de estas cuatro paredes por los momentos, así que agarré una cobija y me la puse encima de los hombros, abrí la puerta con cuidado y la cerré con el mismo cuidado, para no despertar a nadie, no estoy para dar explicaciones. Camine sin hacer mucho ruido, por obvias razones de que todos aquí están durmiendo.

Después de caminar y caminar- ya que me perdí, debido a la oscuridad- por fin logre llegar al jardín, con un pequeño golpe en la rodilla, pero lo importante es que llegue. Me senté en la grama poniendo la cobija sobre mis hombros para cubrirme del frio, pose mi vista al frente y me quede viendo algunas luciérnagas y a los perros pasear por todo el jardín.

Seleccionada para la corona (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora