Capítulo 30

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-Quiero la verdad- dijo mamá en el momento que me senté enfrente de ella.

-¿De qué verdad hablas?- pregunté mientras veía jugar a mis tres hermanos y Katrina, mientras que Gwen y Ethan estaban hablando.

-Que el chupetón que tienes en el cuello no es maquillaje- entrecerró los ojos.

Quiero matar a Thiago o por lo menos pegarle con una mesa, el muy imbécil me dejó muy marcado el chupetón y cada vez que nos veíamos ponía su cabeza en mi cuello y lo remarcaba más, así que hacía imposible que el chupetón desapareciera y por eso cierto príncipe sufrió una de mis bromas.

La noche anterior que fue a mi habitación, llegó y se quitó la camisa dejando ver su trabajado cuerpo-una buena vista, a decir verdad- se acostó a mi lado y empezó a besar mi cuello y rostro hasta que se detuvo y se quedó más tiempo besando mis labios, después de varios besos por fin se durmió abrazado a mí. Espere unos minutos y verifique que, si estuviera bien dormido, me separe con cuidado de él para no despertarlo y lo conseguí con éxito.

Busque pinturas, marcadores permanentes, pega y brillantina, me acerque a Thiago y con los marcadores empecé a dibujar flores y corazones por su cara, brazos y torso, me reí un poco al ver el corazón que le dibuje en la punta de la nariz, al tener los dibujos listos los empecé a pintar con los marcadores y pinturas. Mientras pintaba su mejilla casi se despierta, por fortuna no se despertó; cuando termine de pintar toda mi obra de arte pinte las puntas de su cabello con rosado. Dejé que secara bien y me puse a poner un poco de pega y brillantina en los dibujos.

Sí que tiene el sueño pesado, bueno a veces. Pero fue de utilidad que tuviera el sueño pesado en estos momentos para hacer tranquila mi broma.

Ya cuando todo se secó, agarre una cámara que encontré en las cosas que trajimos de la casa de mis abuelos y tome varias fotos de mi hermosa broma, esas fotos me servirán para después cuando quiera burlarme de Thiago. La cama tiene brillantina, pero valió la pena y fue por una muy buena razón.

En la mañana se levantó y se puso su camisa para poder irse, más no lo deje que se viera en el espejo. Y por esa razón ando en el jardín con mamá, ya que estoy escapando de Thiago, seguro ya se dio cuenta de mi pequeña broma.

-¿Y bien?

Sacudí un poco la cabeza- ¿bien qué?

-Eres igualita a tu padre- mamá miro al cielo y extendió los brazos- ¡Señor dame paciencia! - exclamó

-Eres muy exagerada, ¿te lo han dicho? - vi llevo su mano al puente de su nariz y lo apretó un poco- no te preocupes, yo te lo voy a decir más seguido.

-Responde mi pregunta, ¿Es maquillaje o no lo es? - le sonreí y me encogí de hombros.

-Puede que, si o puede que no, quien sabe

-¿Sabes qué? no puedo contigo, desesperas a veces

-¿Y de dónde crees que heredé eso?- la veo y ella se queda callada, con eso sonreí mucho.

-Olvídalo, bien. ¿Qué fue lo que le hiciste a Thiago?

-¿Por qué crees que le hice algo?

-Pues temprano estaba hablando con Marcus y Calista y de un momento a otro escuchamos gritar a Thiago y da la casualidad que grito tu nombre- Marcus y Calista van a veces a la habitación de mamá a desayunar con ella y papá, todavía mamá está algo débil para bajar muchas escaleras y también porque escucho hablar a las arpías frente de su habitación y me dijo que no soporta sus tonos de voces chillonas. Y hoy decidió salir al jardín porque le dijo a papá que quería estar un rato en el jardín y él como buen enamorado la alzó y la trajo para acá- Tu eres la única que lo reta, les dices sus cosas en la cara, eres la única de aquí que se llama Kolette y también eres la única que logró enamorar a Thiago. ¿Qué le hiciste?

Seleccionada para la corona (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora