Extra 5

167 13 0
                                    

Boda real

Pase mis manos por la falda del vestido corto de color azul marino que me regaló Thiago, me puse unas zapatillas negras y deje mi cabello suelto que me llega hasta la cintura, tome mi collar de la peinadora y me lo coloque, al igual me puse el brazalete de oro y el anillo de compromiso.

Me giro en dirección a la puerta y una amplia sonrisa se forma en mi rostro al escuchar una estruendosa risa infantil por el pasillo, no paso mucho tiempo para que un pequeño pelinegro entera corriendo a la habitación.

—¡Mami! — chillo emocionado cuando se da cuenta de mi presencia, me agache hasta estar a su altura y él a pasos torpes llegó corriendo hacia mí.

Lo tomé entre mis brazos y me levanté, sus piernas rodearon mi cintura y sus brazos rodearon mi cuello.

—Mi hermoso pequeño— dije dejando un beso en su frente.

Sus ojos grises llenos de alegría me miraron.

—Mami bonita— dejo un sonoro beso en mi mejilla

Me sonrió mostrándome sus pequeños dientecitos, me fijé bien y alrededor de su boquita se encuentran migas de galleta.

—Así que andabas comiendo galletas— cuando dije eso me miró alarmado al ver que lo había descubierto.

—No etaba comendo nada— negó con su cabeza, quitó sus brazos de mi cuello y los cruzo.

—Claro que sí, pequeño mentiroso— lo acuse— las migas de galleta alrededor de tu boca te delataron.

Axel paso su mano por su boquita limpiando las migas y después me dio una sonrisa inocente.

—Ya no hay nada, no comí galletas

No puedo con este niño.

—¿Quién te dio las galletas? — le pregunté.

Antes de que pudiera responder Thiago entro corriendo a la habitación y se detuvo en seco al vernos.

—Fue papi—lo señaló— él me dio galletas.

—Thiago, sabes que Axel no puede estar comiendo muchos dulces porque después no duerme.

Una vez Thiago y yo cometimos el error de darle más dulce de lo normal y pagamos las consecuencias, Axel no durmió en toda la noche y lo único que quería era correr por todos lados, espero que a medida que crezca eso se le vaya pasando.

—Mi amor, una galleta no le va hacer daño— miró a Axel— y tú deje de andar delatándome con tu madre, así no podemos seguir siendo cómplices.

—Tienes razón, una galleta no le hace nada— los dos pelinegros sonrieron— y más te vale que para la próxima me traigas una galleta Axel.

Asintió—Entedido mami.

—Ya sabemos de dónde Axel saco su obsesión por los dulces— dijo Thiago acercándose a nosotros.

Me encogí de hombros— Son deliciosos.

Axel asintió muy rápido cosa que nos hizo reír.

Thiago se detuvo frente a mí y me miró de arriba abajo, su sonrisa incremento más al ver profundo escote del vestido.

—Te ves espectacular, el vestido hace resaltar tu belleza de diosa perfecta, mi hermosa pelirroja.

—Muy hemosa mami— Axel volvió a besar mi mejilla y yo le sonreí, y besé la punta de su nariz algo que lo hizo reír.

—Yo quiero mi beso— dijo Thiago.

—No papi—Axel negó con la cabeza— besos de mami míos.

Me abrazo de manera posesiva y miro mal a su padre. Mi esposo le dio una mirada retadora para después quitar de mis brazos a Axel y dejarlo encima de la cama; Thiago se acercó a mí y rodeo mi cintura con sus brazos, giro mi cabeza para ver a Axel y lo encuentro de brazos cruzados frunciendo el ceño.

Seleccionada para la corona (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora