Capítulo 5

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Una semana paso desde que llegué al castillo, entre las clases y las clases que me da Dakota aparte solo llegó a mi habitación a dormir.

Estar en tacones y en un vestido apretado no es para nada cómodo.

Salgo de la habitación con cuidado para ir al jardín a entrar un poco, entrar me relaja y es una costumbre desde niña lo empecé hacer con el abuelo antes de que se lastimara la pierna derecha en el ejército, desde entonces seguí haciéndolo y liberar mi estrés, para así no pegarles a las niñas de sociedad.

Llegó y me pongo hacer mi rutina, al terminar me doy cuenta que termine una hora antes así que aprovecho de sentarme en la grama y relajarme. Me volteo al escuchar varias voces, en el momento de ver a quiénes correspondía las voces sentí mis mejillas calientes de la rabia.

-Pero miren quien tenemos aquí si es la niña rebelde de Mina, por fin entraste en razón y estás trabajando de doncella, ya que solo sirves para atendernos- dijo uno de los más grandes idiotas que puede existir, Gabe Carter hijo de un conde, un guardia del reino que se cree superior a los demás y para rematar niño mimado de mami y papi.

-Púdrete, no te pedí comentarios sobre mi vida así que ahórrate tus palabras- dije enojada- solo dices eso porque yo no te aguanto los abusos.

- Yo soy mejor que tú y tú no eres nada- dijo pavoneándose frente a los demás

- Corazón, los dos sabemos que soy mejor que tú.

-Claro que no.

-Lo más fácil para que lo arreglen es con una pelea entre los dos- dijo un chico castaño que está atrás de Gabe- pero no te preocupes niña tal vez no se te partan todas las uñas.

- Cállate imbécil- dije mirando al chico- y claro que acepto la pelea.

- Yo también la acepto.

Gabe dejo a un lado el bolso que llevaba colgado en el hombro y se posicionó enfrente mío y todos los chicos alrededor nuestro.

-Veamos qué tan buena eres- dijo y de una me dio un golpe en el rostro dando directo en mi pómulo, por culpa del golpe perdí un poco el equilibrio y pude recuperarlo antes de caer al suelo.

Cuando vio que no caí se puso en posición de pelea con sus puños frente a su cara dejando el abdomen descubierto, simulé lanzar un golpe a su y en el momento en que fue a detener mi puño le di una patada en el costado derecho, en ese mismo momento de desconcierto para él di un golpe en su cara cerca del labio.

Así seguimos, era fácil adivinar sus movimientos porque es demasiado predecible. Me dio una pata en el costado derecho y con ese golpe perdí el equilibrio y terminé en el suelo, él empezó a festejar que ya había ganado.

Esto no termina aquí niño bonito.

Aproveche que estaba distraído y le di una patada en la parte de atrás de la rodilla haciendo que cayera al suelo, aproveche su momento de debilidad agarrando su brazo y lo doble poniéndolo en su espalda, quedando así su cara contra el suelo.

-Al parecer yo gané- le dije parándome, cuando se paró pude apreciar su cara de furia lo que me hizo sonreír más grande.

-Esto no se quedará así, me derrotaste porque yo te deje ganar.

Seguí caminando y al estar a unos pasos para entrar al castillo me volteo para poder mirarlo- repite eso una y otra vez hasta que te lo creas- doy media vuelta y sigo caminando dejándolo con las palabras en la boca.

Al pasar por un pasillo vi que tiene un espejo, me acerqué para ver cómo estaban los golpes, tengo un morado grande en mi pómulo, el labio un poco partido al igual que la ceja, levanté un poco mi camisa y vi dos enormes morados en ambos costados de mi cuerpo. Suspire va a ser difícil ocultarlos teniendo en cuenta que me vigilan todo el día.

Seleccionada para la corona (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora