Capítulo 26

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Después de un buen baño para poder quitar toda la sangre de mi cuerpo, que no fue fácil de quitar, volví a cambiarme por un short suelto y un suéter que encontré y mi cabello amarrado en un moño. Me encuentro sentada a lado de la cama de dónde está mamá; Thiago se encargó de que arreglaran la habitación como una de hospital, tiene todas las máquinas que se necesitan.

Paso mi mano con cuidado por el cabello de mamá, está conectada a varias máquinas. El doctor me explico que tiene dos costillas rotas, muchos golpes, está muy deshidratada y que tenía tiempo sin comer, por eso está muy débil. También dijo que es un milagro que no entrara en coma debido a su estado y que tal vez en unas horas o días despierte.

Malditos imbéciles que la hicieron sufrir.

Por otro lado, ya pasó un día de toda la tragedia y hoy temprano enterramos a mis abuelos, solo asistimos la familia real, Kaia, Desa, Dakota, Trevor, mis hermanos y yo. Ni para mis hermanos ni para mí fue fácil ver cómo los enterraban, también me encargué de que no vieran el estado en el que se encontraban los abuelos, suficiente tienen con saber que los mataron y no quiero que guarden la imagen de ellos llenos de golpes y sangre encima.

Yo tengo pesadillas con todo lo que pasó y no he podido dormir en toda la noche, no quiero eso para mis hermanos.

Cada que cierro los ojos la imagen se repite una y otra vez, y cada vez más fuerte, mucha sangre por todos lados, cosas horribles y lo único que es seguro en las pesadillas es la muerte de mis abuelos.

Escuche que la puerta de la habitación se abrió, volteo un poco mi cabeza y veo a Thiago, se acercó a mí.

-¿Cómo sigue?- suspiré encanta cuando Thiago dio un beso en mi frente y me entrego una taza de café caliente, bebí un poco y cerré mis ojos disfrutando el sabor.

-Igual que hace unas horas- contesté sin apartar mi vista de la taza.

-Mírame- no le hice caso y seguí viendo la taza- Kolette-sus dedos sostuvieron mi mentó y me obligó a levantar la cara para mirarlo- ella va a estar bien, es igual de fuerte que su hija.

Dejé la taza en la mesita de noche que está al lado de la cama y me levanté de la silla para abrazarlo. Él me rodeó con sus brazos acercándome más a él, estar entre sus brazos me hace sentir mejor y más segura, estando con él siento que nada me puede afectar.

-¿Dónde están mis hermanos?- me separé un poco para poder mirarlo.

-Estaban con la abuela y mis hermanas- dijo, desde que llegamos ellos dos han estado con ellas y en verdad lo agradezco, ya que los distraen un poco de todo- se enteraron que venía para acá y están esperando en el pasillo, les dije que quería hablar contigo antes de que entraran- negué con una sonrisa.

-Déjalos entrar- me puse de punta y le di un beso en la punta de la nariz.

-Eres mala y juegas con mis sentimientos-es todo un dramático- yo quiero un beso en los labios.

-No lo vas a tener- se acercó para besarme, pero volteó mi rostro antes de que toqué mis labios y el beso lo recibí en la mejilla.

-Ya me las voy a cobrar- sus manos se adentró por el suéter y acaricio la piel fría de mi cintura- amo como te ves con ese short corto, aunque me gustaría más verte sin él- susurro al lado de mi oreja- y sin este suéter.

-¡Thiago!- exclamé- respeta que mi mamá está aquí- ella está dormida pero está en la habitación.

Él volteo la cabeza en dirección a donde está mamá- Lo siento suegra, pero no es mi culpa que tenga una hija tan hermosa y perfecta ante mis ojos.

Seleccionada para la corona (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora