Capítulo 27

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-¿Cómo se encuentra?- pregunto Calista al doctor cuando se acercó a nosotras.

Marcus se acercó a dónde está mamá y se puso hablar con ella.

-Ella dentro de su estado se encuentra bien, va a estar débil varios días por su estado, tal vez le cueste caminar un poco por la debilidad que tiene su cuerpo y necesita ganar más peso, porque está muy desnutrida- el doctor anotaba unas cosas mientras hablaba, después le entrego el papel a Calista- Reina, ahí anotado está las cremas que necesita para sus golpes y medicamentos.

-Muchas gracias- dije y el doctor sonrió.

-Si pasa algo no dude en llamarme de inmediato, con su permiso me retiro- hizo una reverencia y salió del cuarto.

Calista se acercó junto a su esposo para hablar con mamá, yo en cambio me quedé quieta dónde estaba, no me moví ni nada. Los vi hablar y a mamá sonreír por lo que sea que estaban hablando.

Quiero ir a dónde está mamá, pero mi cuerpo está estático siento como si pesará y no sé por qué me pasa eso, tal vez sean los sentimientos encontrados. Todo es tan repentino y todavía no me creo que mamá volvió.

Mamá se acercó y le susurro algo a Marcus el asintió a lo que sea que dijo mamá.

-Yo le digo, no te preocupes- beso su frente y se levantó de la silla, su esposa beso la mejilla de mamá y entrelazó su mano con Marcus y dieron media vuelta y empezaron a caminar en dirección a la salida del cuarto, cuando pasaron por mi lado me sonrieron en apoyo y siguieron su camino. Escuché como fue abierta la puerta y después fue cerrada, no voltee seguí mirando en dirección a mamá

-¿Te vas a quedar todo el día mirándome?- pregunto, su voz salió un poco ronca, cuando iba a contestar ella volvió hablar- acércate y saluda a tu madre como se debe.

Mi cuerpo obedeció y empezó a caminar en dirección a mamá, al llegar a dónde está y sentarme a su lado pude apreciar el color de sus ojos, un verde intenso de color oscuro con algunas motas de un verde más claro, se rostro se ve demacrado, pero ella tiene una sonrisa en su rostro. Me acerque más y la abrace teniendo cuidado de no hacerle daño y ella me devolvió el abrazo, sin poder contenerme las lágrimas empezaron a salir de mis ojos sin control al igual que empecé a sollozar más fuerte mientras la abrazaba.

Tenía miedo de que todo esto fuera un sueño y en cualquier momento podría despertar y todo esto se iría.

-Shh ya mi pequeña, estoy aquí y no me pienso volver a separar de ti ni de tus hermanos- sus manos subían y bajaban por mi espalda tratando de calmarme.

Mis lágrimas bajaban más rápido.

Tengo mi momento de debilidad.

Porque hasta la guerrera más fuerte se puede quebrar algunas veces y eso no está mal, en lo absoluto. A veces llorar te alivia sueltas todo tu dolor y bajas el muro que construiste para que el mundo no te pudiera dañar.

Empecé a respirar profundo intentando calmarme y después de varias repeticiones lo pude lograr. Me separé un poco de mamá para poder mirarla a la cara, ella con cuidado me limpio las lágrimas que todavía corrían por mis mejillas.

-Te extrañe mucho- mi voz salió un poco entrecortada.

-Yo también te extrañé mucho, pequeña tormenta- sonreí un poco- y tengo tantas cosas que hablar y explicarte.

-Ya creo saber varias cosas de las que me tienes decir- hablé mirándola a los ojos

-Sorpréndeme.

-Bien... Somos descendientes de Mina y tengo un hermano y un papá que no es Charlie- su boca se abrió formando una O y me miró sorprendida.

Seleccionada para la corona (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora