◆¿Amabilidad?◆

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-...Se lo pagaré...No sé como, pero lo haré...—Habló para sí y tomó todo, llevándolo inmediatamente a su habitación para guardarlo cuidadosamente.

Su teléfono vibró en señal de un mensaje entrante. Confundido, sacó el aparato y rió al ver quien lo había enviado.

"Si deseas pagarme, tengamos una cena hoy"

Suspiró y negó varias veces, sonriendo, para luego contestar al mensaje.

"Si es lo que quieres. Hecho. Una cena. Si tienes un lugar pensado, envíame la ubicación y estaré ahí sin falta"

Contestó y siguió guardando el traje, hasta que recibió un mensaje, siendo esta vez de audio.

-...¡Me parece genial, Yukio-Chan! ¡Ya tengo todo planeado! Cuando mis clases terminen, te enviaré toda la info.

Rió nuevamente y comenzó a escribir, mas fué interrumpido por un nuevo audio.

-...Tengo que susurrar ahora, porque el profesor me regañó, pero tengo que decirte que te quiero, Yukio-Chan.

-...Joder...—Llevó una mano a su rostro, sintiéndolo un poco caliente. Seguro estaba sonrojado—...Y pensé que Kise era...

Suspiró pesadamente y negó varias veces. No era momento de pensar en ese rubio estúpido.

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-...¡Achú! —Exclamó el oji-dorado, rascándose la nariz con aspecto demacrado.

-...Salud, Kise-Kun...—Sonrió Sakurai, comiendo otra cucharada del helado que le habían amablemente ofrecido.

-...Gracias...—Trató de sonreírle—...Ya basta, no sigan dándole dulces. Me recuerdan a la bruja de Hansel y Gretel...—Gruñó y miró mal a sus hermanas—...No van a engordarlo para comérselo.

-...¡Pero es muy mono! —Shima le miraba con sus ojos muy brillantes—...¡Me dan ganas de comérmelo a besos!

-...Eso se llama pedofilia, Shima...—Kiara rodó los ojos y dejó la bandeja con chucherías en la cama del rubio—...Mejor dejémoslos solos. Tienen tareas que hacer ¿No?

-...Bastantes...—Asintió Ryota y les miró marcharse. Bueno, vió a su hermana mayor arrastrando a la segunda de la familia consigo.

-...Tus hermanas son agradables, Kise-Kun...—Sonrió el castaño, viéndolas marchar.

-...Son taradas, eso quisiste decir...—Suspiró pesadamente—...Empecemos, Sakuraicchi. No quiero que ellas vengan a causar más problemas...—Hizo una mueca y comenzó a sacar sus cuadernos de apuntes—...Oye, Sakuraicchi...

-...¿Sí? —También estaba sacando los materiales que necesitarían.

-...¿Tú has ido a la Universidad T? —Preguntó, mirándole de reojo.

-...¿La que está en el centro de la ciudad? —Le miró, confundido y negó varias veces—...No, no he ido ¿Por?

-...¿Te gustaría ir? —Sonrió de lado. Sus ojos estaban ligeramente oscurecidos.

-...Oh no, esa mirada...—Tembló y tragó saliva—...Kise-Kun, no sé que estés planeando, pero no me agrada para nada. Y eso que no has dicho de que se trata.

-...Sakuraicchi, un favor...Solo uno...—Unió sus manos a modo de plegaria—...No creo poder soportarlo sin saber de él...—Lloriqueó, buscando que aceptara—...Hazlo ¿Sí? En nombre del amor.

-...Si sabe que ese amor es unilateral ¿No? —Le miraba con una expresión de póker.

-...¡No es cierto! —Se tapó la boca y miró a la puerta—...No es cierto, Sakuraicchi. Yo sé que Yukiocchi me ama. No paraba de gemir mi nombre ni de aferrarse a mi espalda ni de correrse en mi abdomen ni de...

Un lobo en ropa de mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora