◆Cara bonita◆

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-...¿Dónde rayos están? —Gruñó Takao, viendo su reloj por enésima vez. Ya llevaba 15 malteadas bebidas y dos rebanadas de pie de frutilla comidos.

Pero aún no estaba tranquilo.

-...Creo que no deberíamos servirle más nada...—Le susurró la pelirrosa al dueño del local.

-...Si paga, se le atiende...—Dijo él, tostando más galletas para los helados especiales del día—...Si dejamos de servirle, puede darnos una mala reseña y si eso pasa, te culparé a ti, Momo-Chin.

-...Argh, está bien...—Rodó los ojos y revisó la lista de pedidos—...Solo opinaba...—Miró al chico de reojo—...Se le ve cansado ¿No sería mejor darle algo con café?

Atsushi hizo una mueca.

-...Yo no hago postres con esa asquerosidad...—Frunció el ceño.

-...No estoy diciendo que prepares nada...—Rodó los ojos y se acercó a la ventanilla de pedidos que usaban para comunicarse con sus ayudantes en la cocina—...Un frapé con café, caramelo y crema batida...—Pidió.

-...Como diga, Momoi-San...—Sonrió el chico tras la ventanilla y se puso manos a la obra.

-...¿Vas a pagarlo tú? —Enarcó una ceja.

-...Sip...—Asintió—...Al menos estará en mi consciencia el que pude levantarle el ánimo a un caído...—Rió y permaneció esperando.

-...Perfecto. Pero aleja esa cosa de mi...—Se hizo a un lado y tomó una bandeja de muffins para glasearle rosas encima.

-...Pareces un niño, no mames...—Rodó los ojos y siguió esperando. Cuando el postre estuvo hecho, inmediatamente lo llevó hacia el pelinegro de aspecto desastroso—...Aquí tienes...—Sonrió.

-...Yo no he pedido esto...—Enarcó una ceja y le miró.

-...Es cortesía de la casa...—Momoi sonrió y se marchó.

Takao entrecerró su mirada y dió una probada al frapé frente a él. Casi llora de lo delicioso que estaba. Beberlo le dió la energía que necesitaba para reprender severamente al oji-azul cuando por fin lo vió entrar con el jovencito bonito.

-...Hola Takao, yo-

-...Espera...—Inhaló profundamente. Los dos pelinegros tuvieron que cubrir sus oídos por lo intenso que fué su regaño. Por suerte no habían más clientes en el local, o hubiese sido un problema grande para el dueño.

Quien, por cierto, no dejaba de observar al del lunar.

-...Ya, perdón...—Dijo, con una mueca—...Tuvimos problemas en la escuela.

-...Casi lo viola un profesor...—Comentó Tatsuya, sorprendiendo al oji-plata.

-...No digas eso...—Le gruñó.

-...Oh vamos...—Takao le miró, interesado—...¿Y qué más? ¿Se lo viste? ¿Lo tiene grande?

Kasamatsu se golpeó la frente y negó varias veces.

-...No lo vi porque un amigo se lo llevó...—Sonrió de lado y le prestó atención—...No sabía que Kise-Kun y usted tenían una relación.

-...¿Ese idiota y yo? —Rodó los ojos—...Estoy a punto de hacerle una orden de alejamiento...—Se cruzó de brazos—...No tengo nada con él.

-...Entonces solo es su crush...—Murmuró, volteando para llamar a la chica, mas sus ojos hicieron contacto con el peli-morado—...Oh...

Kasamatsu enarcó una ceja y miró al oji-plata, preguntándole qué estaba sucediendo.

Un lobo en ropa de mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora