Los gritos acompañaron al atronador sonido de la campana, anunciando el receso.
Se suponía que Kuroko siempre era el que salía primero, sin que nadie lo notase, mas fue sorprendido por la velocidad del castaño al salir corriendo. El oji-azul suspiró y negó varias veces, mientras salía con calma del aula, al menos sabía a donde se dirigía.
Ryo no era nada más que un borrón castaño en ojos de aquellos que estaban en el pasillo. A él no le importaba nada más que salir y encontrar al oficial que podría tener o no, el teléfono del peli-celeste. Al llegar a la entrada principal, se tomó un largo tiempo para recuperar el aliento. Puso sus manos sobre sus rodillas y comenzó a boquear, esperando que el aire se mantuviera en sus pulmones. Un poco de saliva y un par de lágrimas cayeron en el piso, en su esfuerzo por estabilizarse.
-...Oye ¿Te encuentras bien? —Escuchó que preguntaban a su lado. Al levantar la mirada, notó que se trataba del oficial moreno.
-...S-Sí...—Jadeó. Aomine tragó saliva, el chico tenía las mejillas sonrojadas, sus ojos estaban brillosos por las lágrimas contenidas y un hilo de saliva bajaba por sus labios.
Era demasiado para su body.
Demasiado.
-...Pues...—Tragó saliva—...No lo pareces...—Desvió la mirada—...¿Qué haces aquí? Deberías estar en la cafetería ¿No? Ya sonó la campana del receso.
-...Es que...—Volvió a jadear—...Se me...perdió algo importante...—Tosió un poco y se irguió, viéndole mejor—...El teléfono de Kuroko-San.
-...Oh, ¿Hablas de este? —Sonrió y sacó de su bosillo, el aparato. Los ojos del castaño brillaron y asintió efusivamente, mareándose en el acto.
-...¡Gracias, Aomine-San! —Exclamó y trató de tomar el celular, mas el oficial lo levantó más, impidiéndole alcanzarlo—...Por favor, démelo.
Eso sonó sucio en sus mentes, niéguenmelo (╭☞´ิ∀´ิ)╭☞
Pues en la mente del moreno sonó igual de sucio. Tragó saliva y negó levemente.
-...Si lo quieres de vuelta, yo tendré algo a cambio también...—Sonrió ladino y observó a todos lados. Tenía la suerte de que no habían cámaras en esa parte de la escuela.
Ryo hizo un puchero que se le hizo adorable.
-...Bien ¿Qué quiere? —Se cruzó de brazos.
Lo que el oficial quería, no era sano de decir a tan joven criatura. El moreno puso una mano en su mentón, pensando en algo menos...vergonzoso para el menor, y a lo que pudiese acceder sin quejas.
El bombillo se le encendió.
-...Quiero un beso.
Aquello que dijo dejó paralizado al castaño, que le vió con incredulidad.
-...¿Un beso? —Parpadeó un par de veces, y tocó sus propios labios—...Creo que pued-
-...Y lo quiero en los labios...—Sonrió ladino y movió sus cejas, sugerentemente.
-...¡¿Ah?! —Ahora el castaño estaba realmente shockeado—...¡No, no, no, no! ¡Me niego a hacer algo como eso!
-...Bueno, entonces creo que puedo dejar esto en objetos perdidos...—Sonrió, moviendo el celular frente al castaño. Este frunció los labios con reproche y suspiró resignado.
-...De acuerdo...—Volvió a suspirar y se acercó al oficial—...Pero no espere mucho de mi porque...bueno...—Sus mejillas se sonrojaron, haciendo que el moreno se impacientara cada vez más.
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Un lobo en ropa de mujer
FanfictionKasamatsu Yukio es un chico fuerte e inteligente, que enamora a hombres y mujeres, pero que no muestra interés en ninguno de los mismos. A su vida llega un personaje singular, que le hará revolver las hormonas y le enseñará sobre el amor. Pareja Pri...