Un lobo en ropa de mujer

◆Escape◆

-...¿Listo? —Kagami botó el balón un par de veces. El contrario asintió—...Perfecto...—Sonrió y avanzó.

Uno. Dos pasos y de pronto comenzó a mover el balón a una velocidad sorprendente. Los ojos del peli-celeste estaban abiertos de par en par, sorprendido ante aquello.

Ninguno en su equipo se movía tan rápido, a no ser que estuviese en la zona. Frunció levemente el ceño y se concentró. Cuando el pelirrojo dio un paso más, él también lo hizo, pero pasando de largo a su lado.

Kagami enarcó una de sus dobles cejas y se preparó para tirar. Fue cuando cayó en cuenta de que el balón ya no se encontraba en sus manos. Frenó y se volteó rápidamente, viendo ya al peli-celeste en la otra canasta, tirando.

Fue descuidado, pero el balón entro.

-...¿Como...? —Taiga entrecerró su mirada, tratando de entender que había pasado.

-...Gané el primero...—Dijo el peli-celeste, acercándosele con el balón en manos—...Quiero reclamar mi premio.

-...¿Qué quieres? —Preguntó, quitándole el balón. Su rostro se tornó rojo y la piel se le erizó cuando sintió el contacto en sus glúteos.

-...Gracias...—Dijo simplemente, tratando de que no notase su sonrisa.

¿Acababa de tocarle el trasero?

No dijo nada al respecto.

Volvieron a jugar.

Y volvió a pasar.

-...¿Pero qué...? —Frunció el ceño. Eso no era normal.

-...Van dos, Kagami-San...—Sonrió de lado—...Y ahora quiero tu camisa...—Señaló.

-...Espera...—Lo sostuvo por la cabeza, impidiendo que se acercara, este seguía caminando sin avanzar—...Hay algo que me estás ocultando y eso es trampa...—Gruñó.

-...No sé de qué habla...—Se cruzó de brazos y giró su cuerpo.

-...Kuroko...—También se cruzó de brazos y zapateó, esperando.

El peli-celeste suspiró pesado y le miró de reojo.

-...Prometa que no va a reaccionar de manera exagerada si se lo digo...—Cerró sus ojos. Kagami enarcó una ceja y asintió.

-...Lo prometo.

-...Estoy creando una técnica que me hace invisible en la cancha y que también sirve para poder hacer pases rápidos o tiros invisibles. Aún no sé que hacer a decir verdad...—Suspiró pesado.

-...Suena genial...—Aplaudió varias veces y le lanzó su camisa sudada a la cara—...En ese caso, también voy a usar mi propia habilidad, si no te molesta.

-...¿Habilidad? —Habló, sin quitarse la camisa de la cara—...¿Tiene de eso, Kagami-San?

Una vena se inflamó en la frente del pelirrojo.

-...Calla y juega...—Gruñó y regresó a su lado de la cancha.

Kuroko inhaló profundamente, deleitándose con el varonil almizcle del mayor.

-...Esta noche me voy a manosear...—Murmuró.

-...¿Qué? —Kagami volteó a verle.

-...Nada...—Quitó la camisa de su rostro y la dejó sobre el maletín del mayor.

Iba a mejorar su técnica y a disfrutar el cuerpo del pelirrojo a la vez.

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