SONG 5: Mon Laferte; Tu Falta De Querer

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𝖵𝖾𝗇 𝗒 𝖼𝗎𝖾́𝗇𝗍𝖺𝗆𝖾 𝗅𝖺 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖺𝖽𝖳𝖾𝗇 𝗉𝗂𝖾𝖽𝖺𝖽 𝗒 𝖽𝗂𝗆𝖾 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾

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𝖵𝖾𝗇 𝗒 𝖼𝗎𝖾́𝗇𝗍𝖺𝗆𝖾 𝗅𝖺 𝗏𝖾𝗋𝖽𝖺𝖽
𝖳𝖾𝗇 𝗉𝗂𝖾𝖽𝖺𝖽 𝗒 𝖽𝗂𝗆𝖾 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾

      yangyang miró por la ventana unos segundos, el día estaba bastante soleado y los calientes rallos del sol iluminaban su cara de muerte

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yangyang miró por la ventana unos segundos, el día estaba bastante soleado y los calientes rallos del sol iluminaban su cara de muerte. pensó qué tal vez sería un mejor día para el si no tuviera tantos problemas que soportar para sí mismo. todo sería mejor si el jamás hubiera salido del closet.

      aquello le trajo más problemas que los mismos exámenes finales. de tantas maneras tenía que salir de ahí, los doctores dijeron que no había sufrido grandes daños pero que aún así necesitaba reposo e inclusive un psicólogo.

      el también apilaba aquella idea, si no fuera por más: innecesaria, tonta e inservible. el no necesitaba la terapia. lo sabía porque sus problemas iban más allá, porque quitarle los sentimientos de amor a alguien es simplemente imposible, no se puede, no hay remedio.

y más cuando está en trastornado como yangyang lo estaba.

      el rubio soltó un suave suspiro que se disipó con el aire, cerró los ojos, sintiendo el calor del sol acariciando su rostro de una menta sutil. los abrió poco a poco, lastimando sus ojitos con la luz en el proceso.

la puerta de su cuarto resonó con dos pequeños golpes y una voz que decía: "¿puedo pasar?". yangyang aclaró un poco su garganta y habló —adelante.

la puerta se abrió poco a poco, dejando a ver a un hendery nervioso asomándose por la abertura de la puerta con una sonrisa —con permiso... —el chino entró lentamente al cuarto y cerró la puerta con su pie. en sus manos llevaba una bandeja de comida y en una de sus muñecas colgaba una bolsa de papel— chenle me pidió que te trajera este regalo y en la recepción me pidieron que te trajera de comer.

yangyang sonrió un poco —muchas gracias.

—¿donde dejo esto? —dijo refiriéndose a la bandeja.

—ahí —dijo el rubio señalando una mesita al lado de su cama.

—perfecto —yangyang miró con atención cada movimiento nervioso que hendery realizaba. por inercia sonrió ante ello, se veía muy gracioso temblando, como un perrito al que le acabas de aventar una cubeta de agua helada—. eh... ten esto, mi hermano dijo que te lo enseñara y que si no te gustaba el color o el diseño me dijeras para que lo pudiera cambiar.

yangyang miró curioso la bolsa que hendery le tendía. la tomó con su mano temblorosa y poco a poco quitó las grapas que unían los extremos de la bolsa. poco a poco sacó una cajita que parecía ser de joyería. abrió la caja, pudiendo admirar una hermosa cadena de oro rosa con un dije en forma de una bandeja lgbt+ en ella. los pequeños ojitos de yangyang se iluminaron de una manera hermosa, un brillo que hendery no había visto en los ojos del chino.

sus dos pequeñas esferas parecían los de un pez muerto por falta de agua, eran tristes, grises y bastante apagados —wow... —logró susurrar— es hermoso —una pequeña lágrima escurrió por su ojo derecho, una lágrima que hendery logró ver—. muchas gracias... dile a chenle que muchas gracias... que de verdad yo... yo lo aprecio bastante...

hendery sonrió ante la felicidad del chino —claro, yo lo haré.

      hendery sonrió ante la felicidad del chino —claro, yo lo haré

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el pelirosa llegó a su casa con una sonrisa esbozada. se sentía bien, sentía que ese día había hecho algo grandioso. caminó hasta la cocina con una actitud positiva —¿y a ti que te pico? —dijo yuqi mirándolo extrañada.

—¿donde está chenle? quiero hablar con el.

—salió con sungchan y shotaro, ¿por que? —dijo su mamá.

—oh, por nada.

todos en la cocina miraron con el ceño fruncido al chino que salía motivado del lugar —¿que le pasa? —preguntó renjun.

—déjalo, ya sabes que guanheng es raro —dijo su padre sacudiendo su pelo—. ojalá no esté así por mucho tiempo.

 ojalá no esté así por mucho tiempo

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¹: 𝐜𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora