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yangyang despertó con otra mala noticia (si es que a eso se le podía llamar una mala noticia); por razones desconocidas, la marcha del orgullo se había vuelto a atrasar, se creía todo había sido porque recientemente los crímenes de odio hacía personas de la comunidad había ido en aumento de forma exponencial, tanto así que varios hospitales locales tenían una saturación extrema de pacientes de esta índole y las comisarías cada día recibían más denuncias de ese tipo.
yangyang aún estaba un poco indeciso si denunciaría o no, siendo que ahora más allá de no querer perjudicar a jeno, no lo quería hacer para no despegarse de hendery nunca. había oído a esos señores hablando pestes del mayor e instintivamente no había podido sentir calma, sentía unas ganas enormes de quedarse a su lado hasta que despertara.
aunque estuviera en la escuela, yangyang se podía asegurar a si mismo que en definitiva, una parte de él estaba junto a hendery. solo necesitaba más tiempo para buscar un trabajo, aunque fuera de noche para poder estar en la madrugada con hendery.
se había preguntado miles de veces cuanto dinero necesitaría para ayudar a los padres de hendery en aquellas noches frías en una sala del hospital.
tenía que preguntarles en algún momento.
llegó a su casa igual o más cansado que el día anterior, se incorporó para tomar una ducha y volverse a cambiar de ropa. se había puesto la que había guardado el día anterior cuando estuvo en el hospital. pero ahora necesitaba algo para la escuela, algo más cómodo para estar ahí.
al final solo salió de su casa con rumbo al colegio.
en el camino se topó con sungchan y el resto de los chicos que conformaban el periódico escolar —¡yangyang! ¿como estas?