"Zero veía a sus alrededores como el fuego iba consumiendo ese pacifico bosque en las que esas hanyo hijas de Sesshomaru y nietas del Gran Perro Demonio se estaban criando, le sorprendió la indiferencia en que el peliblanco se retiró al escuchar que probablemente sus hijas se encontraran muertas en este momento, pero quien era tanto él como su holgazán hermano para evitar lo inevitable, lo que no se esperaba la mujer fue sentir una fuerte fuente de energía demoniaca posicionarse detrás de ella y Honora, el cual se encontraba muriendo de miedo al sentir el aura asesina que desprendía cada poro de su hermano menor.
- Se puede saber, ¿Qué demonios estás haciendo hermana? – furioso se posicionó frente a los causantes del incendio. – Te dije claramente que no te acercaras a esas niñas, ¿acaso eres sorda o estúpida?
La mujer arrugo el entrecejo ante la humillación que estaba recibiendo por Kirinmaru ante un demonio inferior.
- Ninguna cosa ni otra hermanito. – haciendo énfasis en la última palabra. – Solo estoy protegiéndote, porque tal parece que tu afición a proteger a la mujer e hijas de Sesshomaru-sama es más grande de morir a manos de...
- ¡BASTA! TE DIJE CLARAMENTE QUE NO TE METIERAS EN MIS ASUNTOS EN LO QUE CONCIERNE A ESAS CACHORRAS, RIN Y RIKU. – se encontraba harto, acaso su hermana no podía estar tranquila sin provocarle dolores de cabeza. – Tu insolencia está haciendo que me comience a hartar de ti, Zero.
- Entonces me mataras por proteger a mi hermano menor de las garras de esas niñas. Porque de ser así Kirinmaru adelante, puedes asesinarme nunca le he temido a la muerte, pero sabes perfectamente quien vendría encadenada conmigo por tus acciones. – la mano que se encontraba en la empuñadura de su espada se detuvo.
Sabía que dialogar con Zero nunca tendría resultado así que sin más preámbulos se disponía a apagar ese incendio y con ello buscar a esas niñas con desesperación, por no haber cumplido la promesa que le hizo a la castaña.
- "Espero que al menos se encuentren bien". - pensaba el pelirrojo, pero...
- Si tu búsqueda son esas niñas te advierto que solo una de ellas sobrevivió. – aquello hizo que viera sorprendido a su hermana. – No te preocupes no es lo que estás pensando la hija mayor de Sesshomaru-sama viajo a una Era desconocida gracias a la perla plateada. – argumento con suficiencia.
Kirinmaru no perdió el tiempo y uso un hechizo para lograr apagar el incendio a medida que avanzaba se daba cuenta como muchas especies se refugiaban con sus familias buscando protegerse, él nunca se consideró un demonio despectivo y cruel como deseaba su familia que fuera, es más siempre considero interesante y excitante las peleas, pero nunca sin un objetivo o fin especifico. Pelear por pelear no era su dilema, cuando había terminado de apagar cualquier rastro de llamas, se desesperó aún más al no encontrar por ningún lado a la otra hija se Sesshomaru, pero si las palabras de su hermana eran ciertas probablemente el yokai blanco la llevo a...
- Debe de estar loco al llevarla con ella. – decía viendo fijamente ese árbol sagrado que por un escudo protector de ambos era intocable, sin esperar más tiempo se adentró en el solamente para ver como el hijo de InuTaisho sostenía en sus brazos a una pequeña niña de cabello castaño y un extraño mechón rojo adornándolo.
Pero la apariencia de la niña no fue lo que sorprendió al hombre sino más bien era que alrededor de ellos se encontraba la mariposa de los sueños, para después depositar los fragmentos obtenidos de la menor a Rin.
- ¿Qué se supone que estás haciendo, Sesshomaru? – rápidamente se encontraba frente al yokai, pero su mirada estaba fija en esa cachorra detallando que esa niña era una mezcla casi exacta de sus padres. – No deberías de traer a tu hija aquí, es demasiado peligroso.
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Mi dulce momento
FanfictionLa guerra decisiva estaba a punto de comenzar una serie de sucesos lograron que las piezas del destino siguiera su rumbo, Sesshomaru tendrá que unir fuerzas con la persona que menos esperaba, pero en el transcurso se dará cuenta del amor que sentía...