– "Deberán de seguir mi plan al pie de la letra si desean que su cachorra viva. – la voz fría de Sesshomaru se escuchaba en la choza que su medio hermano compartía con la sacerdotisa. – Kirinmaru no es nuestro verdadero enemigo sino Zero y el árbol de las edades.
Los ojos dorados de Inuyasha veían con impotencia a su medio hermano y después a Kagome la cual se abrazaba desesperadamente el pequeño bulto que sostenía en sus brazos.
- Por eso mismo te llevaste lejos a Rin y a las pequeñas después de la parto ¿no es así Sesshomaru? – el mayo simplemente asintió. – Y si simplemente haces lo mismo que con Rin, llevarnos al bosque junto a nuestra hija y...
- Percibirán su aroma. – la azabache veía consternada a su cuñado. – Tu aroma desprende algo diferente que un humano normal, seguramente son tus poderes de sacerdotisa y por lo tanto tu cachorra...
- Moroha tiene un olor parecido al mío. - viendo los enormes ojos castaños y como esta comenzaba a llorar. - ¿Tu plan realmente funcionara, Sesshomaru? Nuestra hija junto con las pequeñas Towa y Setsuna estarán a salvo.
- Si. – fue tajante no le gustaba que dudaran de su capacidad.
- ¿Cuándo lo realizaríamos? – Inuyasha se mantenía al margen de la situación y harto que siempre de una forma inconsciente su padre los involucraba a Sesshomaru y a él.
- Lo harán mañana en la noche iré personalmente a hablar con Kirinmaru le ofreceré mi ayuda en matarte y en eso...
- No crees que es demasiado pronto. – rugió Inuyasha al ver como Kagome abrazaba más fuerte aun a Moroha. – No puedes simplemente decirnos que tenemos que dejar sola a Moroha, no es nuestra culpa que tu no hayas deseado seguir el camino del viejo. Este error es tuyo Sesshomaru y...
- Lo haremos. – intervino la sacerdotisa. – Hare lo que sea por mantener a mi familia a salvo, porque te guste o no Inuyasha yo considero a Rin y a mis sobrinas mi familia. Si ella fue capaz de alejarse de ellas después del parto yo haré lo mismo, solamente una última pregunta, ¿Por cuánto tiempo?
- Posiblemente años. – aquello no le gusto para nada a la pareja, pero...- Yo cuidare de ellas. – dando la espalda Sesshomaru se disponía a retirarse para alcanzar a Rin y Jaken. – Se deben de tomar sacrificios para el poder de un hanyo y supervivencia de un cuarto demonio. – viendo como esa pequeña niña que sostenía la sacerdotisa extendía sus brazos y le sonreía como lo más hermoso del mundo. – Vámonos Jaken.
Sin decirle más a la pareja Sesshomaru se retiró del lugar no sin antes observar el rostro sonriente de la hija de Inuyasha que como su esposa e hijas le mostraba una sonrisa llena de bondad, percibiendo que su plan debía de cumplirse al pie de la letra sin importar lo que su estúpido hermano hiciera el debía de protegerlos, porque es lo menos que le debía a su padre".
Kirinmaru veía el camino al inframundo como lo más aburrido del mundo, pero siendo honesto el no deseaba por el momento estar en ese lugar. Deseaba estar con su hijo Riku disfrutando de los gestos de su primogénito, así como recuperar el tiempo perdido hacia él, pedirles perdón a ambas familias de su amigo InuTaisho y por último deseaba permanecer al lado de Setsuna, contemplar sus hermoso ojos amatistas, ese estúpido orgullo que mostraba hacia él, su precioso cabello castaño oscuro y...
- Es mejor irme antes que comience a desvariar. – justo cuando iba a caminar a su destino una ser que conocía bien estaba frente a él sonriéndole como la primera vez que se conocieron mostrándole que una amistad si podía existir. – Vaya hace tiempo que no te veía InuTaisho.
ESTÁS LEYENDO
Mi dulce momento
FanfictionLa guerra decisiva estaba a punto de comenzar una serie de sucesos lograron que las piezas del destino siguiera su rumbo, Sesshomaru tendrá que unir fuerzas con la persona que menos esperaba, pero en el transcurso se dará cuenta del amor que sentía...