S e i s

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— ¿Has hablado con tu hermano? —preguntó Megumi a su pareja durante la cena.

— Si, me dijo lo de Choso —le miro este algo consternado— La verdad, su padre era algo extraño y rígido, educo duramente a Yuji y siempre se quejaba de que tener un hijo ya era lo suficientemente malo. Jamás creí que fuera de los que dejan su semilla por ahí regada.

— ¿No te parece extraño?

— ¿Por qué lo dices?

— Realmente el hombre paranoico sobre que lo mataran y robarán su fortuna, cuya vida la dedicó a su único hijo, el cual, a pesar de todo era su adoración, tuvo otro hijo que aparte le dio su apellido y apuntó en el registro familiar ¿Eso es siquiera coherente?

— En lo absoluto, pero era extraño y parecía estar loco la mayor parte del tiempo. Solo Yuji lo comprendía o intentaba hacerlo —el platinado miró a su pareja— No hay que sacar conclusiones apresuradas, no sabemos la edad del chico. Debemos de esperar a ver que sucede y estar para el idiota. Es todo lo que podemos hacer.

Megumi se dedicó a comer, después de la cena le dio su porción de comida a Cosmos y Lux, y los observó mientras bebían agua. Sukuna se encontraba duchándose, y él no podía concentrarse en algo más que no fuera en lo preocupado que estaba por Itadori.

Escuchó la llave de la regadera cerrarse y estaba a punto de entrar a su habitación para prepararse en ser el siguiente en tomar una ducha cuando tocaron el timbre del departamento.

Megumi se confundió puesto que era un condominio departamental con bastante seguridad y no dejaban que nadie entrara al edificio sin antes reportarse, el guardia de seguridad debió llamar antes de dejar a alguien entrar hasta la puerta de su casa.

Aun con toda la desconfianza del mundo el pelinegro se dirigió a la puerta, miró por la mirilla y se congeló cuando miró a Naoya Zenin del otro lado.

Megumi no era estúpido, con el simple hecho de ver al peliblanco del otro lado de la puerta supo porque nadie le había llamado para reportar que lo buscaban o que alguien iba camino a su casa. También sabía que si Naoya se había tomado la libertad de pararse frente la puerta de su departamento era porque se había acabado su paciencia y esto sería una confrontación directa de ahora en adelante.

No voy a abrir, él se va a cansar y se irá de aquí ¿Verdad? Nadie le abrirá y creerá que no estoy.

El pelinegro saltó en su lugar cuando el timbre volvió a sonar. Después de ese le seguirán aproximadamente dos timbrazos más antes de que el invitado-no-invitado hablará por fin.

— Se que estas del otro lado de la puerta Megumi, es mejor para ti y para mi que hablemos como gente civilizada —la respiración en el pecho del ojiazul se atascó un poco— ¿No quieres que esto sea de dominio público o que haga un alboroto en pleno pasillo o si?

Megumi cerró los ojos e inhalo antes de abrir la puerta de par en par.

— ¿Qué quieres?

— ¿No me dejaras pasar...? —la sonrisa tensa en el rostro de Naoya reflejaba lo cansado que se encontraba de perseguir al pelinegro.

— No eres bienvenido —dijo seguro el dueño del departamento— Di lo que viniste a decir y vete de aquí.

— ¿Dejamos las cortesías de lado? —Megumi sintió a Sukuna entrar en su campo de visión detrás de la puerta— ¿O es que tu noviecito aun no te ha follado lo suficiente?

Sukuna reaccionó por inercia, abrió la puerta completamente y confrontó al tipo.

— El que pareciera no estar satisfecho eres tú —Ryomen lo miró de arriba abajo y levantó el labio despectivamente— Lárgate de aquí, si Megumi piensa en vender te lo haremos saber. Y abstente de venir de nuevo a su departamento o te ira mal.

Como es salir con el gemelo malvado de mi mejor amigo ⇻ AU SukuFushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora