N u e v e

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— ¡Mierda! —fue lo primero que escuchó durante la mañana del día siguiente, a pesar de que se encontraba dormido, Megumi se puso en pie como si nada y corrió a la camilla de hospital en el centro de la habitación.

Ahí, abriendo los ojos y moviendo su única mano sana se encontraba Sukuna intentando rascarse la cabeza, la cual aun tenia vendada.

— ¡No te muevas! —dijo el pelinegro con un nudo en la garganta, los ojos de su pareja lo encontraron rápidamente— No te muevas, iré por un doctor y una enfermera, pero no te muevas.

Sukuna vio salir de la habitación a Megumi y su voz en el pasillo llamando a una enfermera, cuando el chico volvió entrar, Ryomen aun no podía enfocar del todo, sentía pesados los ojos, aun así logré ver las lágrimas en la mejillas del ojiazul.

— No...—una tos lo interrumpe, su garganta se sentía seca.

Megumi se acerca a él, aun llorando tomó la mano sana del peliplatino y la beso:— Gracias por quedarte conmigo.

El doctor entró a la habitación y sonrió al ver el rostro confuso de su paciente, era agradable ver a una pareja unida.

El doctor y la enfermera se retiraron después de una revisión minuciosa y preguntas al paciente.

— ¿Tienes sed? —preguntó Megumi ya un poco más calmado, el peliplata asintió y el pelinegro sirvió poca agua en un vaso, se lo entregó y vio como se la tomaba en un instante— Yo...

— No necesitas decir nada —hablo el chico en cama— no es momento para eso, ¿Cómo está mi hermano?

— Yuji está bien, despertó ayer, debe de estar dormido aun. —miro por la ventana de la habitación, el sol apenas iba saliendo— Aun es muy temprano para él, además tiene una piernas rota, no puede hacer mucho.

Megumi no sabía si acercarse al lado de su pareja, la manera en como corto su intento de disculpa lo tenía contrariado. Le retiró el vaso de las manos y fue a sentarse de nuevo al sillón, no sabía cómo abordar una conversación con Sukuna ¿Qué tan patético era eso? Era su pareja hace años, y no sabía cómo serían recibidas sus palabras.

Megumi creía que Sukuna seguía enojado, cuando pasaron los minutos y no escucho ningún intento de conversación o ruido de parte del peliplata le miro y lo vio observando la ventana, no le miraba. Los ojos del pelinegro se llenaron de lágrimas, un nudo se instauró en su garganta y su pecho se apretó. Lo entendía.

— Le llamaré a Geto y a Noelle, también le diré a tu hermano que ya despertaste —Fushiguro se puso en pie con el celular en la mano y salió de la habitación cerrando la puerta.

Dio solo cinco pasos cuando se recargo en la pared, se deslizó poco a poco hacia el piso de la misma forma que las lágrimas caían por sus ojos.

Esto era el fin para ambos.

Megumi solo quería hacerse bolita en un rincón y llorar, se puso en pie cuando escuchó pasos venir en su dirección, levantó la cabeza y solo eran una enfermera y otro doctor, estos pasaron sin prestarle mucha atención.

Fushiguro secó sus lágrimas y se dispuso a llamar a Geto el mejor amigo de Sukuna, Suguru se encontraba aún dormido cuando le llamó pero prometió estar allí los más pronto que pudiera. La siguiente persona en la lista de llamadas no fue tan fácil como creía, pues Noelle Kugisaki cuestionó el tono de voz del chico, Megumi por más que intentaba ocultarlo era evidente, cuando lloraba su voz se volvía más grave de lo que era y la madre de su mejor amiga lo conocía lo suficiente.

Aun así la mujer no cuestionó nada cuando le dijo que aún se encontraba medio dormido y prometió estar ahí en cuanto pudiera, y por último ir con su mejor amigo, el cual lo vería con los ojos rojos y las lágrimas derramadas, sumándole su semblante.

Como es salir con el gemelo malvado de mi mejor amigo ⇻ AU SukuFushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora