S i e t e

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Megumi no entendía cómo habían llegado a esa situación, él llorando en su habitación y Sukuna sabrá dios donde, enojado y celoso hasta más no poder. Puede que si tuviera una idea, pero creyó que todo eso estaba superado.

¿Cómo era posible que Sukuna siguiera siendo tan inseguro aun cuando el chico le tenia comiendo de la palma de su mano?

Pero Megumi lo sabía, la única persona que podía hacer sentir menos a su pareja era uno de sus amigos más cercanos, que para acabarla acababa de regresar del extranjero, Yuta Okkotsu. Ellos habían tenido varios encuentros por la época en que el ojiazul se sentía más solo que nunca y no podía mantener relaciones estables. Yuta había sido su roca, de alguna manera, hasta que llegó Sukuna.

Ryomen sabía que ellos dos habían tenido algo y no soportaba ver al otro chico, anteriormente solo lo veía por video llamada y en alguna que otra foto que Fushiguro le mostraba de su época Universitaria. Y llegar una noche y encontrarlo en su sala con un Megumi medio dormido recargado en él, no fue una buena combinación.

Fushiguro sabia que su pareja no era una persona tóxica en lo absoluto, y mucho menos intentaba justificar sus hirientes palabras, pero lo entendía, en comparación con el peli plata, Megumi si podía llegar a ser un poco celoso de las personas que estaban alrededor de su chico; y para el disgusto de mucho, el pelinegro le había hecho más de una escena de celos.

Habían pasado alrededor de tres horas y Ryomen no se había reportado para nada, y mucho menos contestado sus llamadas. Para despejarse decidió tomar un baño, cuando salió media hora después aún no había noticias de su pareja, se colocó una de sus pijamas más calientes y cómodas, intuía que sería una noche helada. 


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Estaba al borde del colapso, eran las dos de la mañana y Sukuna aun no llegaba, no contestaba los mensajes y mucho menos las llamadas, la ubicación de su celular no la tenia encendida y su maldito hermano tampoco contestaba las llamadas.

Las uñas del pelinegro estaban a punto de sangrar, Kugisaki se había comunicado con él intentando distraerle, pero la chica había tenido que atender asuntos de su madre y le colgó la llamada, lo ultimo que sabia gracias a la chica de cabello corto era que ambos hermanos estaban juntos.

Para estas alturas ya había llamado a Maki, Inumaki, Yuta y a Geto, el tatuador amigo de Sukuna, ninguno sabía nada de los hermanos.

El colapso iba a ser poco comparado con la crisis que iba a tener si no llegaba a saber nada de su pareja, Megumi sabía que se habían peleado y que el otro quisiera su espacio era evidente, pero hace aproximadamente una hora que se sentía inquieto, nunca había durado más de tres horas enojados.

Megumi camino hacia el enorme ventanal de su departamento, las calles iluminadas por los faroles de la calle y de vez en cuando algún vehículo. Su reflejo en el cristal era la viva imagen de una persona a punto de entrar en pánico, ojos llorosos, cabello alborotado, las manos temblando y su ropa de dormir se encontraba arrugada. Cosmos y Luz lo observaban desde los sillones a sus espaldas.

Yuta le había mandado hacía unos veinte minutos un mensaje de que se dirigía a su departamento para hacerle compañía, el chico sabía que Fushiguro no le gustaba estar solo cuando algo no andaba bien, y a pesar de que era consciente de que la pelea de la pareja lo incluía, también era la segunda persona que sabía cómo tratar con un pelinegro asustado, la otra se encontraba perdida en la actualidad, así que abandonó sus horas de sueño y se dirigió a la casa de Megumi.

Cuando Yuta llegó el ojiazul ni siquiera se movió de su lugar en el ventanal, Megumi creía que si daba un paso a cualquier lugar se derrumbaría ahí mismo. Okkotsu había adquirido la llave del departamento tiempo antes de irse al extranjero, en la actualidad le quería regresar dicha llave.

Como es salir con el gemelo malvado de mi mejor amigo ⇻ AU SukuFushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora