E X T R A - 1

2.1K 258 55
                                    


— ¡Deja de temblar!

— ¡No puedo dejar de temblar justo cuando estoy a minutos de proponerle matrimonio al amor de mi vida, Itadori! —le gritó Sukuna a su hermano mientras este le ayudaba a arreglarse el cabello.

— ¡No me grites o te arruino la sorpresa en este instante! —le amenazó su gemelo.

— ¡El gemelo malo eres tú, no yo!

— Lo eras antes de caer como estúpido por mi mejor amigo—soltó una risa el pelirosa.

Sukuna lo miró mal pero después en su rostro se extendió una lenta sonrisa.

— ¡Eso es fácil! Megumi es perfecto, ojos azules de infarto rodeados de esas maravillosas pestañas y pómulos altos, una nariz respingona y un cabello negro azabache que resalta aun mas su mirada. —suspiro Sukuna— Y su figura es esbelta pero con músculos, piernas largas y fuertes, abdomen marcado. Su trasero es pequeño pero mullido, su cuello blanquecino es perfecto para besar y....

— ¿Y deberías de estar diciéndome esto? Si Meg se entera te dejará plantado en el altar...

— ¡Mierda! ¡Olvida lo que te dije!, fue la emoción del momento. —le gritó Ryomen a su gemelo.



Cuatro meses atrás...

— Dice el medico que si sigues así dentro de dos meses te podrán quitar ambos yesos, pero que tendrás que usar muletas por al menos dos mese mas y no hacer ninguna clase de ejercicio —menciono Megumi a Sukuna después de que saliera de la habitación con el doctor segundos antes de que Ryomen le gritara que dejara de mirar a su novio, Geto le acompañó hasta la puerta del departamento para asegurarse de que no hiciera nada extraño.

— ¡Debes dejar de ser celoso! —le riño el pelinegro a su pareja— ¡Tu no eras así!

— ¡Tratar con Yuta tan seguido me está dañando el cerebro, ahora se pasea por la casa y me habla como si fuéramos amigos! —hablo el platinado desde su lugar en la cama.

— ¿Cómo si fueran amigos? —cruzó ambos brazos Megumi mirándole seriamente.

— Bueno, no lo somos. Jamás dije que lo seriamos, es más como un conocido que soporto... — dijo Sukuna con un pequeña sonrisa.

— ¡Me conformo! —soltó el aire el pelinegro.

Geto entró en ese momento a la habitación cargando con una bolsa de comida y un control extra en su estuche. El ojiazul lanzó una ceja en dirección de ambos.

— Me quedaré con él para que no cause problemas en lo que tu no estas — hablo el de cabello largo a Megumi— Así evitaré que su cabeza se invente escenarios que no sucederán entre tu y Yuta.

La sonrisa en el rostro de Suguru decía de todo menos que lo anterior era verdad. Un pésimo mentiroso al igual que Itadori, pero ¿Qué podría hacer él?

— Quiero que cambies las sábanas cuando te vayas, y si puedes cortarle esa cosa de barba a Sukuna que no le queda. —Megumi se dio la vuelta para abandonar la habitación y dirigirse a darse un baño en el cuarto de visitas cuando escucho refunfuñar a Ryomen a sus espaldas— Ah. También dale un baño y quiero todo limpio.

Sin decir más se retiró y escuchó la risotada de Geto junto a un quejido de Sukuna, últimamente este último no quería darse un baño. ¿Su argumento? El no hacía nada durante el día, y por ende no estaba sucio. Megumi juraba que si él no cambiaba lo mandaría a dormir con los perros.

Como es salir con el gemelo malvado de mi mejor amigo ⇻ AU SukuFushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora