Al Cuello

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-¿Donde está nuestro señor?- preguntaban unas voces con clara molestia

Dos jóvenes ahuízotls estaban parados frente al hombre azabache quien estaba cansado y fastidiado de tratar con estos irrespetuosos emisarios quienes siempre tenían aires de superioridad, el resto de su especie en verdad había sido escogidos por el Dios de la lluvia, no conocía ningún otro caso de algún compañero que fuera parecido. Entre la raza de estos animales el ser comunicativos y sociales con el resto era muy normal pues estaban esparcidos por todos los territorios y lugares conocidos al momento a la ves que les era cómodo el tiempo en compañía. Por su parte Lon sabía exactamente muy bien su lugar, fue regalado como esclavo desde muy joven después de su muerte. Hasta donde Tlaloc le dijo el jamás podría decir que no fue un campeón como el resto de discípulos a su cargo, no quería que se popularizara que un Dios como lo es el gran y vengativo Tlaloc cuide niños abandonados. -"ese es trabajo de los dioses de la fertilidad como Sochipili"- decía el.

Los jóvenes ahuízotls se sentían insultados por su señor al saber que uno de ellos estaba al mando ¿Que tiene ese tipo de especial? Se preguntaban internamente. -Tlaloc ha partido, por el momento seré yo quien les resuelva sus interrogantes o ayude en lo que me soliciten- dijo con elegancia y un porte alto ante los jóvenes quienes se sintieron algo agredidos por la forma en la que se expresó.

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Por su parte el joven de ojos miel despertaba de su sueño después de la noche de ayer, le pareció extraño que Lon no lo despertara, supuso que el hombre llegaría muy noche o madrugada. A fin de cuentas hoy también era día de entrenamiento según se tenía marcado en el calendario.

El joven se levantó para estirarse, se quitó su parte superior de ropa para lavar. Termino su tarea y dejo las telas colgadas mientras fue a la cocina para consignar algo, el lado bueno es que desde más niño a él también lo instruyeron en el campo de la cocina y costura pues nadie sabe si se llega a parecer en el bosque y tendrá que matar a un animal para sobrevivir o incluso que en alguna casería su ropa se desgarre y no pueda arreglarlo. Jamás, eso era algo que siempre se les educaba a los más jóvenes de cierta edad en la aldea.

Aún estado solo Zak tenía la esperanza de que su compañero llegaría en cualquier momento por lo que preparo dos platos con comida aparte y lo dejo en la mesa del otro lado. Aquel otro solo no llegaba.

Salio del resinto para entrenar cuando vio al frente a unos metros de la orilla del lago una rata estaba luchando por no unirse. Eso en verdad impacto al guerrero y como una rama para llevar a la rata a él pero no sirvió de nada, era demasiado corta. No tenía remedio debía entrar. Pero... No podía cubrir la mayor parte de su cuerpo en cuerpos grandes de agua ¿que sería lo mejor?

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Lon acababa de tener esa pequeña discusión y otras más donde le decían que no era un remplazo adecuado al Dios que servía. Un perro corriente, eso es lo que era, lo sabía pero cumpliría con su tarea ante su señor. -no puedo creer que sean tan quejumbrosos estos niños- pero sabía Lon, se notaba que no tienen ni 15 años sirviendo a Tlaloc.

Ni el con sus poco sus apenas poco más de doscientos años de lealtad podría adivinar​ el por que hacía las cosas.

-¿Saben? Estaré dispuesto a pelear contra los de ustedes que piensen ser dignos de honrar a nuestro amo. Tlaloc- soltó Lon levantándose de su sitio para invitar al resto de ahuízotls jóvenes a mostrarles quien era el verdadero líder.

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Zak entraba lento al agua para no llamar mucho la atención, levantando los brazos para cuidar su equilibrio con cuidado de no caer y ser tomado. Pero lentos, uno a uno. Se acercaba al pobre animal. El agua le cubría apenas más arriba de la entrepierna del joven quien corresponda su rama en mano pudo alcanzar al animal quien par ese punto no tenia más fuerza para defenderse, lo sujeto primero en sus manos con cuidado de no apretarlo y lo metió al sitio.

Fue atrás por su sarape para tapar al ratón que no dejaba de temblar, en ese punto nadie podría decir si era por miedo o frío, cubrió al pequeño con su ropa y lo seco lo más que pudo. El joven realmente no tenía mucho que hacer así que tomo al ratón tiritando entre su ropa para ir a la puerta y esperar a Lon a un lado de esta, en el fondo quería que el mayor lo dejara tener mascota. Su madre era alérgica al pelo de los gatos y conejos además que por la casa tan pequeña no pudieron tener nunca un perro, solo unas cuantas peceras con renacuajos del río a unos quilómetros














Corto pero es algo.
Les dejo este dibujo

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Sacrificio De Oro |•Zalon/Lonak•| Sendokai AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora