El sexto curso en Hogwarts comienza en medio de graves acontecimientos que asolan Inglaterra. Mattheo y Alexa tendrán que enfrentar numerosas pruebas para tener un final feliz.
Más quidditch, más criaturas mágicas, nuevas amistades, nuevos amores y...
- Potter, ya se anotaron veintiún aspirantes para jugar en el equipo de quidditch de Gryffindor. Te haré llegar la lista en su momento para que organices las pruebas de selección cuando te parezca - le informó la profesora McGonogall en la sala común a Harry Potter.
- Me imaginaba que te nombrarían capitán. ¡Felicitaciones! - dijo Katie Bell señalando la insignia que el chico llevaba en la pechera de la túnica. La cazadora era la única que quedaba del equipo de Quidditch de Gryffindor en el que Alexa había entrado durante su segundo año en Hogwarts. - ¡Avísame cuando organices las pruebas de selección!
- No digas tonterías - replicó Harry - Tú no necesitas pasar las pruebas. Hace cinco años que te veo jugar y...
- No empiezas bien - le previno ella - Sabes muy bien que hay jugadores mucho mejor que yo. El nuestro no sería el primero que se hunde porque su capitán se empeña en hacer jugar a los de siempre o a sus amigos.
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La primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras se partía el martes y la primera con Severus Snape de profesor.
El aula tenía un aspecto más sombrío que de costumbre porque las cortinas estaban corridas. De las paredes colgaban unos cuadros nuevos, la mayoría de los cuales representaban sujetos que sufrían y exhibían tremendas heridas o partes del cuerpo extrañamente deformadas. Los alumnos se sentaron en silencio, contemplando aquellos misteriosos y truculentos cuadros.
- ¿Puedo sentarme contigo? - le preguntó Mattheo tímidamente a su novia, rascándose la nuca.
- Sí - respondió Alexa sin ninguna expresión.
Él se inquietó. Odiaba estar mal con ella. - Lo siento, no quise hablarte de esa manera. Solo intento protegerte.
- Lo sé, y lo aprecio, pero soy capaz de tener mi propia opinión y de tomar mis propias decisiones. Yo también conozco a Malfoy, y sé cuando no está siendo él mismo.
- ¿Por qué te importa tanto? Ni siquiera es tu amigo.
- Ya lo sé, pero es nuestro compañero, y es tu primo, debemos cuidarlo también. Es tu familia, Mattheo.
- Ahora - habló Snape de repente - se colocarán por parejas, que no sean reales - especificó viendo a su ahijado y su novia - y de distintas casas, por favor. Uno de ustedes intentará embrujar al otro, pero sin hablar, y el otro tratará de repeler el embrujo, también en silencio. Pueden empezar. Veremos que casa gana - emitió una mueca leve de entusiasmo.
Mattheo se dirigió a emparejarse con Harry; Blaise fue con Hermione solo para ver si así pasaba y Ron hizo lo mismo con Theodore. Alexa miró a su alrededor: Pansy y su pandilla de niñas chismosas, Crabbe, Goyle o Malfoy. Definitivamente iba a ir con el último, no podía aguantar los chillidos de la chica de pelo corto cuando algo no le salía bien, y los otros dos muchachos no incluían una buena compañía.
