1 de septiembre

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La tarde del treinta y uno de agosto, Alexa se la pasó horneando una torta para celebrar el cumpleaños de su novio al día siguiente, el mismo día de su regreso a clases.

Tuvo que alejarlo a regañadientes ya que este insistía en no querer ir a desgnomizar el jardín trasero después que la última vez que ayudó a hacerlo, le mordieron cuatro dedos.

Ya en la noche, durante la cena, no dejaba de consultar el reloj para ver cuantos minutos faltaban para el gran día. Mattheo parecía bastante indiferente y desinteresado del tema, es más, no lo había mecionado ni una sola vez. Alexa solo pudo saberlo porque tuvo que comentarlo una vez en Adivinación, de lo cual la porfesora Trelawney concluyó que iba a morir muy joven, aunque era normal en ella dar prefacios de muerte temprana.

Cuando al fin se hicieron las doce, Alexa miró de manera cómplice a su madre que asintió entusiasmada y se levantó a la cocina. Mattheo no le dio importancia, pero su novia fue y sacó de la heladera una torta de frutilla, algo que él seguro adoraría.

De espaldas al chico, comenzó a aplaudir y a cantar el feliz cumpleaños.

- ¡Qué los cumplas feliz! ¡Qué los cumplas feliz! - cantaron y aplaudieron todos al unísono. Mattheo quedó estático, analizando la situación, que él supiera, nadie más cumplía años ese día en esa habitación.

Solía ​​celebrar su cumpleaños con su hermano cuando eran pequeños, pero luego Tom se aburrió de hacerlo, considerándolo una fecha tonta. Se lo deseaba por cortesía, y él empezó a hacer lo mismo. Con Draco la cosa era distinta, y sabía que ese día que se encontraron en el Callejón Diagón estaba al tanto que faltaba poco para la fecha. Aún así, no recibió ninguna carta en el correr de la noche.

El rostro de Mattheo iluminaba una felicidad enorme, una que hace tiempo no se le veía. Nunca había celebrado ninguna festividad en familia, rodeado de gente que se quiera, se cuide y se extrañe.

Se levantó cuando su novia apoyó la bandeja con la torta en la mesa y apagó las diecisiete velas que esta contenía. Todos vitorearon y se sirvieron un pedazo de pastel.

- Te amo, te amo, te amo - no le paraba de decir a Alexa cuando se arrimó, y la besó con tanta cariño que no se dio cuenta de la tos falsa de su suegro.

- Es muy loco, ¿no? - observó Hermione - Si nacías un día antes entrarías a séptimo.

- Sí, porque nací en el '79 - analizó él.

- Bueno, nuestro regalo es tu estadía Mattheo porque somos pobres - dijo Fred y los jóvenes no pudieron evitar reírse - ¿Sí sabes que soy Fred, cierto? Aún me acuerdo tus pruebas...

FLASHBACK: Semanas después del regreso a La Madriguera

Una tarde donde los adultos no estaban y la lluvia invadía el patio, los adolescentes jugaban juegos de mesa en el comedor para pasar el rato.

— ...y agarré la quaffle con los brazos extendidos; y la atajé — recordaba Ron orgullosamente por cuarta vez al día, y como gracias a él, Gryffindor había ganado la copa de Quidditch.

— Es tu turno, Fred — le pidió Mattheo a uno de los gemelos.

— Ese es George — le susurró su novia.

— ¿Cómo hacen para diferenciarlos? Es imposible, son idénticos.

— Uno se cría con ellos — comentó Ginny.

— Vamos a poner fin a esto — ordenó Alexa parándose.
— Fred, George, pónganse uno en cada silla — los gemelos hicieron lo que la pelirroja solicitó.
— Date la vuelta — le habló a Mattheo — Ahora, cuando gires, tendrás que decir quién es quien.

Mattheo Riddle y Alexa Weasley (parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora