Segunda Temporada Capitulo 20

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NARRA SASUKE

Rápido fui a donde se escondía Karin y le di los ingredientes para que prepare la poción. Pronto se puso a mezclar todo. La hizo en menos de una hora, me la entrego y le agradecí. Corrí al castillo de nuevo para dársela a Sakura. Me esperaba en un lugar apartado, teníamos tiempo hasta que Dios despierte solo en la cama, como para que ella vaya al Limbo, robe la navaja divina y salga de allí.  Yo la esperaría afuera del portal que conducía al Limbo, esperaba que todo salga bien o no me importaría entrar y destruir varias almas como para salvarla.

- Bien, bebo la poción, entro, robo la navaja y salgo como si nada. Espérame aquí, no se cuanto tiempo tardare pero si no lo hago en una hora... búscame.- Ya nos encontrábamos en la entrada del portal hacía el limbo. Sakura ya tenía la poción en sus manos, esperaba que no le suceda nada.-

- No hacía falta que lo digas, tienes una hora y si no regresas para ese tiempo, entrare a buscarte.- La tome del rostro y la bese.-

Me correspondió el beso, teníamos nuestros labios quietos y nos presionábamos con fuerza, con temor a que algo malo suceda. No quería dejarla ir, pero tuve que soltarla. 

- Te amo Sasuke.- Me dijo por último y saltó al portal dejándome solo.-

- Te amo más, Sakura. Por favor, regresa.- Suspire angustiado.-

NARRA SAKURA

En cuanto cruce el portal, bebí la poción y todo a mi alrededor era neblina, no se veía nada más que eso. El limbo era un lugar frío, absolutamente vacío, donde caminabas sin saber a que dirección ibas exactamente, era como me sentía ahora. Comencé a caminar y la verdad vi a muchas almas perdidas, vagando sin vida, seguramente preguntándose que habían hecho mal cuando estaban en el mundo de los humanos como para terminar solos en ese lugar, que los invadía la soledad. No me distraje más y no deje de caminar en ningún momento, no sabía cuanto tiempo había pasado, pero lo sentí como horas extensas. Hasta que finalmente, vi la luz de un portal al otro lado, diferente al del paraíso, ese era el que debía de atravesar. Corrí hasta él y estaba apunto de llegar pero alguien, se antepuso adelante mio.

- Quien eres? Que haces aquí?- Afenea, era la primera vez que la veía frente a frente, escuché alguna vez  que tenía tres cabezas y era casi un monstruo. Pero tenía a una simple diosa, de una cabeza claro pero doble rostro. Me examinaba de arriba abajo.-

- Me llamo Sakura Haruno, estoy aquí porque quiero pasar a la torre de los sueños.-  Me presenté sin tenerle miedo.-

- Eres familia real.- Afirmo al escanearme.- No lo entiendo, jamás te vi y nunca supe de tu existencia.- Afenea estaba sorprendida de ver que era hermana de Dios.-

- Si, todo tiene una explicación alocada de mi hermano pero él no sabe que yo estoy aquí, tampoco tengo tiempo de contarte desde el principio. Pero necesito pasar a la torre de los sueños, por favor Afenea, déjame pasar.- Le rogué con mis manos y ella me miraba sin expresión alguna.-

- No te conozco pero se que eres de la familia real, tu sangre es la más pura idéntica a dios, tienes permitido pasar.- Se inclino ante mi, haciéndose un lado para dejarme pasar.-

- Gracias.- Incomoda por su inclinación, camine rápido al portal de la torre de los sueños y la atravesé.-

EN OTRA PARTE DEL PARAÍSO.

Ella tarareaba una canción pensando en como le estaba yendo a su amiga Sakura, esperaba que lo consiga. Se sentía feliz por verlos de nuevo después de mucho, así que su ala cortada poco le importaba, siempre volaba por los cielos pero podía acostumbrarse a caminar. Se preguntaba cuando volvería a ver a Sarada y/o Daisuke, se imaginaba lo mucho que habrán de cambiar porque estuvieron con sus padres. Se peinaba mirándose en el espejo despacio con el cepillo de madera, su largo cabello rojizo. No se había dado cuenta de que alguien se encontraba detrás de ella, mirando todo lo que hacía escondido. Pero de repente, sintió un puñal en su pecho en cámara lenta, estaba sorprendida no se esperaba un ataque sorpresa. Comenzó a toser ahogándose con su propia sangre, escucho como una persona se reía de lo que le pasaba y al elevar su rostro, se quedo helada al ver quien era.

- Karin... Creí que te lo había dejado claro la primera vez... pero veo que no entendiste.- Se agacha a su altura, tomándola del mentón.- Parece que buscabas tu muerte.-

- Dios...- Tose con sangre.- No lo entiendo.- Se trataba de mantener despierta.--

- Si sabes a lo que me refiero, no te hagas la tonta. Soy dios y me entero de cada cosa del paraíso. Cuando hablan de la navaja divina, yo lo se.- sonríe de forma macabra al verla toser.-

- Tardaste varios siglos para saber que escondía a los hijos de Sakura y Sasuke.- se burla de él aún estando en su estado, apunto de morir.-

- Callate, estuviste muy mal Karin, ahora llegara tu fin.- Dios la fulmino con la mirada.-

-Jamás le daría la espalda a Sakura o los traicionaría a ellos, si tengo que morir, te estaré esperando encantada en el mas allá, porque ellos lograran matarte. - Karin termino de pronunciar lo que quería decir y esas fueron sus últimas palabras antes de morir.-

NARRA SAKURA 

Jamás había venido a esta parte del paraíso, era una torre gigante con más de 30 pisos de piedra, adentro de ella estaba el cementerio de la familia real, ósea mis familiares... Respire profundo y comencé a buscar la tumba de mi madre, se encontraba enterrada junto con mi padre y todos mis hermanos. Una capilla gigante, me llamó la atención y me acerque, allí estaba escrito los nombres de mis padres, sus cuerpos se encontraban enterrados en ese lugar. Sentí una inmensa ganas de llorar, no los pude conocer, Dios me había quitado ese derecho. Pero llorar ahora no me solucionaría nada, Sasuke me estaba esperando y tenía que hacer esto rápido. Excavé y excavé hasta tocar el ataúd, antes de abrir, me prepare mentalmente con lo que vería y lo abrí. Quede en shock, no podía creer lo que veía, jamás me hubiese imaginado tal cosa, pero tuve que haberlo previsto después de todo. Mi madre, no era nada más y nada menos que una Idéntica copia de Mebuki, por eso siempre acababa en todas mis vidas pasadas con ella, porque su alma inconscientemente me llamaba y me cuidaba a su forma, como una madre lo haría con su hijo...  El corazón se me apretujo. El cuerpo de mi madre seguía con carne, su piel estaba fría, sus labios blancos, pareciera como si no hubiese pasado el tiempo, ya que fue una diosa en algún momento y no desaparecía como normalmente lo hace un cuerpo humano con el tiempo. Una lagrima cayo de mi mejilla y pronto la limpie, mire sus manos que se encontraban juntas en su pecho, sosteniendo la navaja divina ¡Era cierto! Sasuke tenía razón, Dios la había enterrado aquí. Se la saque de sus manos y la guarde con sumo cuidado, si me llegaba a pinchar al menos un poco, podía morir. Deje todo como estaba antes y me fui, después de desearle que descanse bien.

Salí del portal de la torre de los sueños y Afenea me miro.

- Ten cuidado con eso Sakura.- Se había dado cuenta lo que tenía guardado y ni siquiera se veía, pero sus ojos podía ver más allá.-

- Quiero hacer justicia Afenea. Adiós.- Corrí  alejándome del portal para volver con Sasuke.-

NARRA SASUKE

Una hora, una maldita hora y cinco minutos, todavía Sakura no aparecía, la estaba esperando en la entrada del portal y ya me encontraba demasiado ansioso como para saltara el portal, entrar y buscarla. No la tuve que haber dejado ir sola al limbo, quizás le paso algo y yo no lo sabía. Ya estaba apunto de ir a por ella, me canse de esperarla. Pero de repente, del portal salió Sakura agitada. Mis nervios se esfumaron y la abrace  con fuerza, me correspondió riéndose, no sabía lo que le causaba gracia en estos momentos.

- Tardaste demasiado Sakura, me preocupaste.- Me separe de Sakura mirándola en como sonreía.- 

- Perdón, tarde en encontrar el portal de la torre de los sueños pero mira lo que traigo.- Sakura me mostró contenta, lo que guardaba en sus pantalones y era la mismísima navaja divina, lo había conseguido.-

- Es la navaja divina, la encontraste.- La veía sorprendido y su risa, me contagió besándola de alegría.-

- Tenemos que actuar ahora, es nuestra oportunidad para atacarlo por sorpresa.- Asentí y cogí la navaja para verla.-

Pero apenas la toque con mis manos, se deshizo en arena, nos miramos sorprendidos por lo que acababa de pasar sin entender lo que ocurría, pero alguien nos llamo la atención detrás nuestro.

- En serio creían que no me iba a enterar de su plan?- Nos dimos la vuelta y dios nos veía con el ceño fruncido.-

Continuara

La Maldición [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora