Capitulo 18

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Silencio.

Nadie hablaba.

Caminamos por una hora hasta llegar con el grupo y me ignoraron, los entendía, no estuvo bien lo que hice.

Los demás no tardaron en enterarse lo que sucedía, ya que mis hijos y Sakura no me querían ni ver, se encontraban enfadados conmigo. No sabia como remediar las cosas, solo pensaba que tenia las horas contadas para dejarlos aquí y no quería irme sin antes hablar.

— ¿Sasuke, no piensas hablar con Sakura? - Naruto se sienta a mi lado frente a la fogata. -

— Me ignora Naruto. - La miré de lejos sentada en una rama de un árbol seguramente decepcionada de mi. - 

— Deberías intentarlo ¿no crees? Sakura no te contestará, pero al menos escuchará una explicación tuya. - Naruto también mira mi misma dirección y suspiré en cuanto veo a Sasori sentándose en su lado. -

— ¿Qué otra explicación puedo darle? los dejaré Naruto, me iré y es probable que jamás me vuelvan a ver. -

— Ni tu a ellos, te arrepentirás por el resto de tu vida sino les hablas y te torturaras en pensar como estarán. - Miré de lejos a mis hijos charlando con semblantes tristes. -

Naruto tenía razón, me levanté del suelo y decidí ir primero con mis hijos. Apenas me vieron acercándome se callaron, quedé parado frente a ellos pensando como iniciar una conversación tan difícil como esta, pero Daisuke comenzó mirándome serio.

— ¿Qué quieres? - Su voz fue ruda, me dolió en que me hablara de esa forma, pero necesitaba que al menos me escucharan lo que quería decirles. -

— Vengo a explicarles el porque tomé esta decisión y el porque nunca les dije la verdad. - No podía verles, observaba el suelo avergonzado por mis actos. -

— Te escuchamos. - La voz de Sarada tembló en mis oídos. -

— Jamás les dije porque no sabía como se lo iban a tomar, fue por miedo de hecho. Esta maldita maldición nos la puso dios y si él se llegara a enterar de su existencia, no sabría lo que les haría. Le prometí a su madre que los mantendría protegidos y eso intentaba hacer. - Vuelvo a verla hablando esta vez amistosamente con Sasori. - Al igual que proteger a su madre, es una promesa que me hice yo mismo hace muchísimo tiempo, ninguno esta protegido aquí y por eso acepté el trato con Lucifer. -

Ninguno me contestó, elevé el rostro para verles y ambos tenían lagrimas en los ojos. No me miraban, sino examinaban sus pies temblando.

— Si te vas... quedaremos solos. - Dijo Sarada limpiando sus mejillas mojadas. -

— No estarán solos, su madre estará con ustedes. - Revolví el cabello de ambos. -

Sarada me abraza escondiendo su rostro en mi pecho y observo a Daisuke como pensaba si hacerlo o no, extendí el otro brazo y esperé a que lo tome, pero se abalanzó a mi abrazándome.

— Nos dolió en que lo ocultaras y que no nos lo dijeras, sé que nuestra madre no está enojada en realidad. - Daisuke se separó avergonzado por la muestra de afecto. -

Miré de nuevo a Sakura y finalmente Sasori se fué de su lado, examinaba su espalda y se tensó, supe que había notado mis ojos fijos en ella.

— Tienes que hablar con nuestra madre, dile la verdad como a nosotros. - Sarada me alentó a que me acercara a Sakura y les di un beso en la coronilla para ir. -

Caminé hasta donde se encontraba Sakura y mi corazón latía cada vez mas fuerte, mis piernas temblaban y me imaginé miles de escenarios en donde ella jamás me perdonaría por esto, pero ya había firmado la seguridad de los 3, ellos seguirían con vida y eso era lo único que me importaba.

La Maldición [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora