La casa de Wooyoung en Corea era muy distante de la que tenía en Suiza. La construcción de apenas tres pisos tenía un aire antiguo muy curioso. Las escaleras frente a la piscina conducían al segundo piso, al balcón donde elegantes muebles color terracota esperaban los atardeceres veraniegos y dentro un salón con elegantes muebles y lámparas brillantes. Felix reconoció que la casa era bastante acogedora, aunque se preguntaba las razones que llevaron a Wooyoung a comprar una propiedad tan lejos de su país.
Un pequeño hombrecito coreano lo recibió, dijo ser el asistente de Wooyoung, San, si mal no recuerda. Lo hizo esperar a Wooyoung en el salón mientras el suizo terminaba su baño. Entonces, y bajo la luz de la espera, Felix decidió indagar:
- ¿Desde cuándo conoces a Wooyoung?
- Durante su fiesta de bienvenida, Señor, yo era uno de los meseros.
Aunque la respuesta fue concreta, le dejó a Felix varias preguntas acerca de cómo llegaron a ser más cercanos a tal punto que Wooyoung le ofreció trabajo.
-... Él es bueno contigo.
- N-no lo sé, Señor... -dudó.
Felix sonrió.
- Wooyoung es un buen hombre, cuídalo bien.
- Haré lo que pueda -le prometió, avergonzado.
En poco, la robusta figura de Wooyoung vistiendo un elegante traje azul órcela junto a una fina camisa blanca. San sin querer suspiró al verlo, pero su imprudencia no pasó desapercibida por Felix.
- Hola, mi pequeño Felix -saludó el hombre, tomando asiento junto al muchacho.
- Me retiro, Señor, si me necesita estaré en su despacho.
A carreras el muchacho desapareció, incluso antes de que Wooyoung abriese la boca para refutar.
-He's a very peculiar man.
-Guess so.
- Debo preguntar, por qué estás...
- Lo conocí cuando estaba en una situación muy difícil. Lo ayudé y entonces me encontré atrapado con él.
- He's cute.
- If you say so.
- Él puede ser el chico que necesitas.
- Aún no hemos terminado y ya estás consiguiéndome una nueva relación -se mofó Wooyoung.
- Lo lamento. En realidad, no sabía cómo decirte que perdoné a Bang Chan.
- De hecho, desde que decidiste regresar aquí supe que lo enfrentarías nuevamente, así que no estoy sorprendido.
- Él es padre y tiene un hijo muy dulce..., por un momento pensé que podría ser su otro papá. Tú sabes que no puedo tener hijos debido a mi infertilidad. Ahora..., ellos son mi familia, eso creo.
- No quise lastimarte.
- No lo hiciste. Escucha, cuando nos conocimos supimos que estábamos destinados a ser, pero eras el camino para encontrar a los indicados. Tú me trajiste aquí y encontré muchas cosas que quiero hacer..., conocí a San.
- ¿Te gusta?.
- No lo sé, pero lo averiguaré.
- A él le gustas.
Wooyoung sonrió de medio lado, casi demasiado apenado por verse con un muchacho que era sólo un niño a su lado. No se consideraba un anciano, pero no era, quizá, lo que un muchacho de veinte años quisiera.
- Voy a vivir un tiempo aquí y tengo un regalo para tí.
- ¿Un regalo?
- Siendo el CEO de la Compañía de Danza a la que perteneces, traeré tus shows aquí.
- Wooyoung -gimoteó Felix.
- Viajarás mucho la siguiente temporada, pero supongo que entonces Bang Chan te acompañará.
- Eres mi ángel.
- Pero quiero algo a cambio.
- ¿Qué puedo hacer por tí?
- Ayúdame a enamorar a San.
- Fácil, pero lo haré.
Felix regresó a casa de Bang Chan durante la tarde, cerca del ocaso. Quizás debería empezar a llamar a esa casa su casa. Dejó su auto en el parqueadero y entró. El dulce aroma a cupcakes lo recibió, de fresa y mora, y siguiendo el aroma llegó a la cocina donde el gran y rudo boxeador tenía el rostro con manchas de harina y chocolate en la nariz, a su lado, Junseo decoraba con poco cuidado los pastelillos ya fríos.
- Cocinas -casi jadeó sorprendido.
- Tuve que aprender.
- Supongo que sí, aunque sigues siendo demasiado desorganizado.
- ¡Lix, ven a decorar conmigo!
El joven bailarín tomó un pequeño delantal y lo ató alrededor de su cintura, se acercó y tomó la manga pastelera que tenía chocolate derretido.
- Papá es realmente malo para decorar -se quejó el niño.
- Lo puedo ver, cariño.
- Estoy muy sucio -dijo, haciendo pucheros.
- ¿Y si vas a lavarte la cara para comer? Yo ayudaré a tu padre a terminar y te haré un batido de chocolate.
Entusiasmado, el niño salió corriendo directo al baño del salón. Felix casi rio por lo sencillo que fue convencerlo y de lo oportuno que resultaba.
- No te burles -advirtió Bang Chan, avergonzado.
- Me pregunto qué dirían tus contrincantes si vieran una foto tuya así..., seguramente los matarías de risa.
Bang Chan gruñó y bajó un toque hosco, sujetó a Felix por la cintura, apretando levemente la carne bajo su mano. Era una advertencia.
- Puedo darte una dura reprimenda esta noche.
- Tentador, pero aún debo ir por el resto de mis maletas a casa de mis padres.
- Mandaré por ellas, pero no escaparás de tu castigo.
Felix quiso gemir y arrodillarse ahí mismo. Agitando la cabeza de esos lascivos pensamientos, decidió jugar un poco con la cordura de su amante. Con la manga de chocolate en mano, la apretó y sobre la mejilla izquierda del robusto hombre dibujó sus iniciales, LYB, al acabar, sacó su lengua caliente y lamió el chocolate, acariciando con morbosa sensualidad ese lugar. Podía sentir lo tenso que se puso el hombre y cuan excitado estaba pues el bulto en sus pantalones acariciaba con descaro el vientre de Felix.
- Debería guardar chocolate para esta noche, pero deberás hacer silencio.
-... Suelo ser ruidoso, lo sabes -advirtió, coqueto.
- Tendré que amordazarte, una pena.
"Maldita lascivia", pensó Felix.
- Te amo -ronroneó Bang Chan-, demasiado.
- Eso es bueno porque yo te amo más de lo que un día creí.
꒰୨ 🍻 ୧꒱
¡muchas gracias por leer!
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fight for love › chanlix
FanficFelix en medio de un caliente momento con su novio al otro lado de la línea, meneó sus caderas como lo hacía cuando bailaba en ese club nocturno, incitando al pecado a quien, en secreto, lo veía oculto entre las sombras. Esa persona que excitado lo...