🔹Capitulo 10

818 141 14
                                    

Sanemi Shinazugawa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sanemi Shinazugawa

Al final terminaron de atender nuestras heridas y nos llevaron a el lugar donde viviríamos temporalmente, eran unas cabañas bastante extrañas a mi parecer. 

—¡Son super lindas! Parecen salidas de un cuento de hadas. —grito Kanroji abrazada del brazo de Iguro. 

—Se ven bien. —dijo Muichiro para mejor contemplar el cielo.

Nos habían dado tres cabañas en total a una distancia bastante prudente de una a la otra. Los príncipes nos dejaron un tiempo solos para acomodarnos —después regresarían para la hora de la cena—. Rengoku decidió dividirnos para poder acomodarnos mejor, en una irían Mitsuri y Shinobu, en la segunda estarían Himejima, Muichiro, Obanai y el mismo Rengoku y como ultima estarían Tengen, Tomioka... Y yo.

—¿Por que termine así? —hable con bastante molestia.

—Vamos amigo, solo es esta vez, no te pongas de abuela. —burlo Tengen.

—Solo por que esta moribundo no le hago nada. —resople mirando a la cara de rata de Giyuu.

El chico con mirada esmeralda lo había traído cargando a caballito —tenia mucha fuerza a mi parecer—. Ahora se encontraba descansando en una cama, que por cierto era bastante silvestre, eran hojas de varios tamaños y una que otra flor, pero se veían cómodas, eso era lo único importante. Solté un suspiro y tome asiento en otra cama y sip, eran cómodas. 

—¿Y...? —agudizo Uzui.

—¿Y que? —fruncí mi ceño.

—Vamos... Pude verte desde que llegamos aquí, estas feliz y quieres saltar de la emoción como un niño pequeño y bobo. 

—Aja... Y según tu eso es ¿Porque...? —lo mire curioso.

Agrando su sonrisa —Por tu hermano, eso querías ¿No? Recuperar lo que te unía a él, pero hay algo que no entiendo.

—No seria la primera vez, pero dime tu duda.

—Llámame loco si quieres pero, creo que eso lo que te molesta, tiene que ver con el chico de ojos verdes y rasgos femeninos. 

—Eres un maldito loco, no dejes que tu cabecita extravagante te llene de historias falsas.

—Seguro... Pero créeme, no engañas a estos ojos hermosos. —señalo sus ojos purpura. Aun tenia una sonrisa en su estúpido rostro. 

Solté un suspiro y masajeé mi entrecejo. 

—Tengen no se que idea tienes en tu cabeza de mi y tengo miedo de saberlo, pero, mis problemas son MIS problemas. —remarque cierta palabra, Uzui soltó un suspiro rendido. 

—Como quieras, pero deberías ser mas abierto, como yo por ejemplo. Al menos así tu vida no seria tan deprimente. —empezaba a caminar hacia la puerta de la cabaña.

El Príncipe De Un Imperio PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora