🔹Capitulo 19

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Sanemi Shinazugawa

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Sanemi Shinazugawa

Aun seguíamos caminando, el calor de su mano con la mía me reconfortaba de alguna manera, me resultaba agradable... Tal vez bastante familiar. Parecía algo loco, pero realmente así me sentía, puede ser solo la extraña relación que tenia con Genya o alguna respuesta natural de mi cuerpo. Pasaron solo unos minutos más, hasta que aprecie como me soltaba y se acercaba a uno de los arboles que estaba cerca.

—¿Qué haces? —pregunte, casi al instante le dio un buen golpe haciendo que cayera un fruto peculiar de color rojo.

—No es la gran cosa pero será suficiente para darte fuerzas —lo lanzó a mi dirección y yo lo atrape—, al menos tienes buenos reflejos, te serán útiles en esta prueba.

—Gracias, creo, pero no me has dicho en que va esta nueva prueba. —inspeccione el fruto mientras volvíamos a retomar el camino.

—Bueno, ni yo mismo se de que va... Es el Clan Denari y ellos... No son muy expresivos que digamos.

—Oh genial, no estaba en mis planes enfrentarme al Clan de los cazadores pero es algo inevitable ¿No?

Ante mi comentario me miro por unos minutos aun estábamos caminando, de hecho, ahora caminaba en reversa. Admito que eso me puso un poco ansioso.

—O-oye... No creo que sea bueno que camines así. —advertí.

—No solo sabes de nuestro idioma ¿Cierto? ¿Qué conoces específicamente de este imperio? —se detuvo. Yo igual.

—Muchas cosas, esta en el plan de estudio para mi trabajo sabes...

—Ya... ¿Entonces porque tanta pregunta? —se cruzo de brazos, me acerque un poco mas y hable.

—Me gusta aprender, que te puedo decir... Y que mejor oportunidad que esta. —comente y di un mordisco al fruto, era jodidamente dulce.

Escuche una risita.

—Hombre... Tu expresión fue de lo mejor. —trataba de disimular su risa yo bufé algo molesto.

—Oye fue el dulce de esta cosa, las cosas demasiado dulces no son lo mío, siento que me da diabetes. —me queje.

Volvió a reír.

—Pero aun así, fue una combinación tierna y graciosa. —no comente nada, solo aprecie como trataba de controlar su risa, quien diría que se podía expresar así de libre.

No paso nada mas y seguimos el camino en un silencio tranquilo y cómodo, sabia que se sentía así por su expresión corporal tan relajada —aunque estoy casi seguro que fue por mi cara—, solo fueron unas pocas palabras pero al parecer fueron necesarias para alejar la incomodidad entre nosotros, habíamos llegado, era un risco y el cielo por así decirlo estaba totalmente despejado había muy pocas nubes a decir verdad, estábamos en una distancia prudente y esperábamos alguna señal del Clan Denari.

El Príncipe De Un Imperio PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora