21. i love you

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Suspiraste con fuerza, haciendo que algunos de los post-it pegados en la hoja se desprendieran y se esparcieran por el escritorio. Con cansancio, bostezaste mientras los recogías con tu mano libre, consciente de que habías estado trabajando en ese mapa durante meses y aun así no estaba tan perfecto como deseabas. Pero no te rendirías ahora; eras demasiado terca para dejar algo sin terminar.

La habitación estaba impregnada con la suave melodía del R&B que ayudaba a calmar los nervios después de una reunión caótica. Instagram de Dean era una herramienta indispensable para ti, y su música sonaba regularmente en el trabajo. Los ojos del castaño que estaba a tu lado no se despegaban de ti mientras utilizabas una regla para trazar las líneas del mapa.

— Se te cae la baba, Eren — murmuraste con una risa suave, y observaste de reojo cómo jugaba con un bolígrafo y leía el documento sobre la mesa como si nada hubiera pasado.

Tu mesa estaba llena de papeles y no parecía profesional, pero no tenías tiempo para ordenarla. Había manchas de café y envoltorios de galletas por todas partes, y sabías que era tu culpa.

— Tu collar es exótico, me gusta — dijo Eren, señalando la cadena que colgaba del cuello de tu camisa.

Sonreíste sin mucho interés, volviendo a concentrarte en el mapa. Después de un rato, tus dedos tomaron la cadena y apretaste el anillo que estaba sujeto a ella.

— No sé por qué siempre me ha traído suerte, es extraño... — comentaste, apartando los mechones de cabello que caían sobre tu frente. Te giraste hacia Eren, que seguía jugueteando con el lápiz. — He terminado, llama a Sasha para que venga a verlo. Ella iba a hacer el mapa en 3D, ¿verdad?

Eren suspiró y asintió, levantándose de la silla con pereza y arrastrando los pies hasta las escaleras para subir al piso de arriba, donde se encontraba la oficina de Sasha.

— Pensé que jugaríamos a Los Sims todos los días si aceptaba trabajar con ustedes... — bromeó antes de desaparecer por las escaleras.

Te reíste mientras volvías a sentarte en tu silla y comenzabas a girar lentamente en la soledad de la oficina. Aunque estabas satisfecha con tu trabajo, sabías que aún había mucho por hacer.

Hace unos años, acordaste con tus amigos emprender juntos un negocio y te sorprendió lo bien que ha funcionado desde aquel comentario casual. Sentías una gran satisfacción al haber cumplido tu objetivo de tener una empresa propia y disfrutabas trabajando con personas de confianza.

Mientras revisabas los papeles del negocio, la alarma de tu celular sonó y te sacó de tu concentración. Con un suspiro, tomaste tu bolso y rebuscaste en él un frasco de pastillas. Al abrirlo, sacaste una de ellas y la acompañaste con agua de una botella que tenías cerca. Miraste el reloj, era hora de tomar tus medicamentos.

— Hey, ¿no puedes saltarte las pastillas por hoy? — la voz de Marco te sorprendió, y aunque te sentiste un poco avergonzada, intentaste disimularlo con una sonrisa. Marco se sentó frente a ti con una expresión amigable y apoyó su cabeza en su mano mientras te observaba cerrar la botella de agua. — Pensábamos en salir a tomar algo hoy, Hitch encontró un bar interesante cerca.

— No puedo, Marco. No podré unirme hoy, lo siento. — dijiste con tristeza, notando cómo la sonrisa de Marco desaparecía pero volvía a aparecer con fuerza al sonido leve de tu risa. — No quiero ponerme demasiado hiperactiva hoy, no me hará bien.

— Lo entiendo, no te preocupes. — comentó antes de dejar que el silencio se instale entre ustedes, pero rápidamente decidió romperlo. — ¿Cómo estás? Escuché que terminaste con Jean... ¿todo bien?

HIGH ENOUGH 進撃 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora