20. solo quiero sentirme bien

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— Moblit, ¿puedes explicarme qué está sucediendo? — preguntó Hange, su voz impasible mientras se sentaba en la silla de su escritorio. Observó a su mejor amigo retorcerse de dolor de cabeza y esperó pacientemente a que se recuperara lo suficiente para hablar.

Tomando su cabello largo, Hange lo llevó hacia atrás y lo ató en una coleta antes de soltarlo por su espalda. Miró hacia el techo, buscando respuestas que no llegaban.

Finalmente, Moblit carraspeó y se decidió a hablar.

— Hace unos años me diagnosticaron cáncer de pulmón. Estoy.. sufriendo una recaída.

Hange guardó silencio mientras procesaba la noticia. Era algo que temía desde hace tiempo, pero aún así resultaba difícil de aceptar. Sabía que tendría que mantenerse fuerte, pero no pudo evitar sentir el miedo y la incertidumbre que la invadían apoderarse de todas sus emociones.

Había caído en un abismo.

..

Hange contempló su reflejo en el espejo de cuerpo completo que adornaba la pared de la sala, acompañado de varios cuadros que inmortalizaban los momentos más felices que había compartido con Moblit. Una sonrisa nostálgica se dibujó en su rostro al fijar su atención en una imagen en particular, en la que ambos irradiaban felicidad, a pesar de que ella estaba postrada en una cama de hospital, sufriendo un dolor constante en el pecho y anhelando que todo acabara de una vez.

Pero se mantuvo fuerte, por él.

Y ahora, también lo hacía por ti.

De repente, el sonido de su teléfono móvil interrumpió su ensimismamiento. Con un suspiro resignado, lo recogió y se sumergió en la pantalla, solo para ser recibida por una avalancha de imágenes y mensajes que le hacían temblar las manos y acelerar su respiración.

—Mierda, amigo, cálmate... —murmuró con una sonrisa, una que se fue desvaneciendo en el impacto con la realidad. Ella suspira, tratando de controlar la oleada de emociones que la abrumaba. No entendía las letras sin sentido que acompañaban las fotografías, pero el impacto visual era suficiente para dejarla aturdida y sin saber cómo reaccionar.

Moblit, tan apacible como siempre, con su pulgar en alto en cada una de las fotos.

En ese momento, las lágrimas ya corrían por sus mejillas, sin poder contener un sollozo cuando se topó con el video que había recibido. La portada mostraba a Moblit hablando de frente a la cámara, en una toma íntima y personal grabada desde la cámara frontal.

Hange se detuvo a observar su propio reflejo en el espejo, y lo que vio le provocó repugnancia. Las lágrimas no dejaban de caer, mientras se daba cuenta de que todas las hipótesis que había hecho en el pasado, aquellas que se había negado a reconocer, eran verdaderas.

Volvió la vista hacia el video, y se rompió.

Gritó con todas sus fuerzas, lanzando el teléfono lejos de ella cuando leyó el mensaje que acompañaba el clip.

"Voy a morir para salvarte."

Sus manos temblaron incontrolablemente, y todos los cuadros que adornaban la pared sobre el espejo se precipitaron al suelo, haciendo que los cristales salieran disparados en todas direcciones. Hange deambuló hacia la cocina, dejando un rastro de destrucción a su paso, mientras arrojaba los objetos al suelo, desde los escalones de la escalera hasta la entrada y la sala de estar.

Todo era un caos.

Hange se adentró en su habitación mientras murmuraba palabras ininteligibles que solo ella podía entender. La ansiedad le embargaba y su cuerpo temblaba ligeramente mientras caminaba. Al llegar al baño, por un impulso repentino, tomó los antidepresivos que había dejado de tomar hace algunas semanas atrás. Dejó caer las píldoras en su boca y las tragó con un sorbo de agua. Pero al mirar hacia arriba, se detuvo en seco, pensando en el peso de su acción.

HIGH ENOUGH 進撃 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora