Atrapado

521 57 17
                                    

La pesadez en mis ojos era evidente, aún sentía un hormigueo en todo mi cuerpo, la luz del sol entraba por las enormes ventanas de la habitación, al menos se había tomado la molestia de retirarme su corbata y cubrirme con una sábana.

El día estaba soleado, la cama estaba bastante cómoda, apuesto que Horacio gritaría como loco al sentir semejante suavidad. ¡Horacio! Debo irme de aquí y encontrarme con el, justo como habíamos quedado.

-Ahhh-. un quejido pequeño salió de mi, la cadera me dolía con intensidad, mi trasero ardía, todo por culpa de ese fetichoso.

-I can pass?-. Escuché un voz, la puerta fue abierta, era un hombre mayor sus cabellos estaban blancos y perfectamente peinados hacia atrás. Vestía un lindo traje blanco y no emitía ningún aroma, por lo que supuse se trataba de un Beta.

-¿Hola?-.

-You don't understand English? -.

-Yo no entiendo una mierda-. Desde que entró no entendí un sola palabra.

-Disculparme señor Gustabo, mi nombre es John y atenderé todas sus necesidades. ¿Desea que prepare su desayuno?-.

-He, muchas gracias pero debo irme ya, mi hermano y mi amigo deben estar esperandome-.

-Creí que estaría más tiempo-.

-No, puede salir, quiero cambiarme-.

-Claro-.

El hombre salió, me daría una ducha pero ahora solo debo salir de aquí, mis piernas aún temblaban, mi cuerpo era todo un desastre. Busque mis prendas que estaban regadas por toda la habitación, me vestí lo más rápido posible y salí corriendo de allí, la casa era enorme pero no lo suficiente como para no saber la salida.

-¿Se puede saber a dónde vas?-. Su voz , es maldita gruesa y grave voz que causaba escalofríos en mi.

-A mi casa, ¿A dónde más? Por cierto, dame mi dinero-. Me giré el, usaba de nuevo su pasamontañas.

-¿Estas de coña?-

-Da igual si no piensas darme dinero, lo que quiero es irme. Adiós-. Me dispuse a salir, no volvería a saber de el y eso me alegraba. Un hombre encapuchado me detuvo.

-A dentro-. Me ordeno.

-¡Quítate hombre! Ya debo irme-. Intente pasar, pero el seguía boqueando mi camino.-¡Aparta!... ¡Oye suéltame, hijo de puta!-.

Sus enormes brazos me levantaron, esto debía ser una broma, forcejeamos sin descanso hasta que me llevo de nuevo en el interior de casa. Me bajo en cuanto el estúpido Alfa apareció.

-Gracias, puedes irte-.

-¿¡Qué crees que haces!? Déjame ir ya, lo único que quiero es desaparecer de aquí-.

-Mis hombres no te informaron de esto, estarás aquí por el tiempo que yo quería y viéndote, me servirás por bastante tiempo-. Mi corazón dejo de latir y un miedo impresionante recorrió mi cuerpo.

-No, no-.

Comencé a correr, todos reaccionaron y comenzaron a seguirme. Pero lograron detenerme, estaba arrepentido no debí aceptar está propuesta, no debí dejar a mi hermano, debí cuidarlo y apoyarlo en su sueño de ser policía. Soy un estúpido y mi hermano está pagando todo.

-¡Horacio! No mi hermano...-. Caí en el frió suelo de mármol, la lágrimas amenazaban con salir, pero no me mostraría débil.

-¿Aún no entiendes? El estará bien, hasta el tiempo que mi colega decida tenerlo-.

-Son unos idiotas, tú y los otros dos, saldré de aquí aún si tengo que matarte-.

-No matarías ni a una mosca, Omega-.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Mis palabras lo hicieron enfurecer, de un momento a otro se levantó del suelo, creí que me golpearía pero simplemente desapareció de mi vista. La casa era inundada por su putrefacto aroma, talvez no era miedo, era odio y eso me encantaba lo tendría sumiso y dispuesto a todo por su libertad.

-John, make sure everyone is on the alert in case he tries to escape again.

-Yes sir-.

El acató mi orden y salió, por el ruido de la puerta de hace un rato supuse que mi nuevo sumiso estaría encerrado en la habitación de ayer, donde la había pasado muy bien junto a él. Me dirigí hacia allá, debía enseñarle su nueva vida, el tiempo que este conmigo.

-Para ya con tus dramas muñeca-. Abrí la puerta, estaba sentado en el borde de la cama, mirando al suelo con la mirada perdida, giro hacia mí y pide sentir la frialdad en su mirada.

-Yo no lloro así me este muriendo, no lo haría-.

-Joder, ¿Debería temerte?-. Dije sarcástico.

-No, pero te aseguro que aún que lo intentes yo jamás te tendré miedo, podrás follarme las veces que quieras, obligarme a tus asquerosos juegos de pervertido. Pero jamás obtendrás algo de mi que no sea odio-.

-Que crudo, pero parece que has aceptado tu derrota-.

-No, ya te dije que saldré de aquí, así tenga que matarte o permitir que abuses de mi-.

-Entonces no sería abuso-.

-Lo es, porque mientras yo no quería lo será. Ahora largate que aún tengo tu asquerosa esencia en mi-.

Sin duda era el Omega más inteligente que había conocido, me impresiona su manera de encontrar palabras justas para todo momento y no callar ante cada respuesta.

-Deberias estar agradecido, muchos omegas desearían la vida que te estoy ofreciendo-.

-¿A esto llamas vida? Es peor que una maldita prisión-.

-¿Has estado ahí?-.

-Sí, más de una vez y hay Alfas iguales a ti, ¡todos son iguales!, piensan que una marca o una vida de encierro quieren todos los omegas, pero te aseguro que aborrezco eso y a ti también-.

Me había dejado sin palabras, salí de ahí, me había dejado pensando. ¿Que fue lo que pasó este Omega? En decir, su pasado habrá sido tan doloroso y traumático que vive de odiar a los Alfas y ser un maldito loco, algo me llamaba la atención de el, no sólo su atrayente aroma, sino su personalidad tan explosiva y única, me gustaba que fuese así, era casi idéntico a mí.

No podía dejarlo ir sin duda, no ahora que me he dado cuenta de lo especial que es, si iba a obsesionarme con el, las razones estaban claras y concisas, hoy tendría una noche larga y yo una noche repleta de placeres desconocidos que me encantaría probar.













































Remin

Tuyo 2 (Intenabo) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora